Hasta llegar a un error,
digamos, de geolocalización de un cóctel etílico. Ya, lo sé, no suena bien,
pero es tal cual lo lee. En definitiva, detalles -con todo lo que estas partes
de una cosa que, sin ser indispensables en ella, contribuyen a formarla o
completarla-, de los que algunos pueden quedarse en el escalón de la anécdota, mientras
otros llegan a alcanzar el rellano de la categoría.
Cosas que pasan. No
olvidemos que mientras para unos, el mismo Dios está en los detalles, nos lo
dice el arquitecto, para otros, es en ellos donde se esconde, precisamente, el
diablo. Precaución.
Error
aritmético
O el ‘error de la tabla
de multiplicar del tres’, que aparece en el primer capítulo de la serie,
titulado ‘Aperturas’, durante una de las clases de matemáticas que se
imparten dentro del internado en el que está acogida la protagonista Beth
Harmon.
Una equivocación en una
operación elemental que no pasaría desapercibida ni a un niño de sexto de
primaria, y que sin embargo está ahí ¿Cómo ha sido posible ese gazapo numérico?
¿Es un despiste o se trata, quizás, de algún tipo de guiño intencionado? Y de
ser así, ¿a quién va destinado? ¿con qué motivo se hace?
Gazapo, despiste o guiño para
unos que, sin embargo, para otros, más malintencionados y malevos, resulta
evidente que no es nada de eso, no, se trata de un equívoco intencionado.
Uno tan grueso que todos
se darían cuenta, porque, ¿quién no sabe responder a la fácil multiplicación de
5 x 3?, con lo que la multitudinaria y viral respuesta en las redes sociales estaría
garantizada, y con ella una publicidad extraordinaria y gratuita. Lo que puede
ser, dados los tiempos que corren. (Continuará)
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