(Continuación) Le aclaro, por si no cae ahora en lo del merismo, que se trata de una figura retórica con la que, en los estudios bíblicos, se expresa una totalidad mediante la mención de dos partes que constituyen sus extremos.
Sirvan de ejemplos:
espacial, “cielo y tierra” por “universo” o “montes y valles” por “paisaje”;
temporal, “día y noche" por “todo el tiempo”; y biológico, “carne y
sangre” por “humano”. Bueno, pues lo mismo o algo así. Cosas que pasan, también.
La ciencia al rescate
Entre otros, y según mi
más que prescindible opinión, esto ha sido de lo mejorcito que produjo la ciencia en el pasado Año del Señor de 2020. Una
panoplia que va desde la secuencia genética del
nuevo coronavirus por parte de China, a la búsqueda contrarreloj de vacunas contra el SARS-CoV-2, piense que, prácticamente, han transcurrido solo
12 meses desde su hallazgo y comienzo de producción.
Pasando por el pistoletazo de salida dado para ver qué país, la cosa parece estar entre EEUU y China, es el primero en traer a nuestro planeta rocas de Marte, “el planeta rojo”, y por las incógnitas que aún despierta la expansión de nuestra especie por América.
Hasta el desarrollo de la tecnología CRISPR y su
posterior reconocimiento con el máximo de los galardones humanos, entiéndase el
Nobel, y la
detección de la fusión
de dos agujeros negros, merced a la generación de ondas gravitacionales detectadas
por dos observatorios terrestres, LIGO y Virgo.
Cara y
cruz científicas
Y ya que hablamos de nobeles y observatorios
astronómicos, sepa que no todo lo que ha dejado el año desde el punto de vista
científico han sido buenas noticias. Sabido es que en todas las casas cueces
habas y, como dijo el otro, en la mía a calderas.
En esta casa, como muestra le traigo, sólo, un par de ellas. Una, ligada al laureado premio del que nos hemos quedado en la puerta. Lo digo, ya se lo habrá imaginado, por el bioquímico español Francisco Mojica quien en 1992 descubrió unas secuencias que llamó CRISPR.
La otra (o el otro) haba guarda relación con el cierre y
desmantelamiento del radiotelescopio de Arecibo, al que tantos debemos
tanto. La suya ha sido una larga y fructífera vida desde que en noviembre de
1963 fuera inaugurado y, en diciembre del 2020, desmantelado.
Algo hay enrocado: ‘Arecibo y ‘Contact’ [CR-120]; ‘DesmontandoArecibo’ [CR-119]; ‘Sónar Calling GJ273b. Destino planetario’. En lo
que a mí juventud toca, gracias por tanto Arecibo ‘¿Hay alguien ahí fuera?’
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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