(Continuación) El experimento inicial de Zimbardo de 1969, con los cristales rotos del automóvil. La interpretación del mismo a partir de la cual surge la teoría de las ventanas rotas, elaborada en 1982 por Wilson y Kelling.
La experiencia de éste al aplicar la teoría a los problemas de inseguridad del metro de Nueva York en los años ochenta. Y por último la política de tolerancia cero aplicada en la década de los noventa en esa ciudad por el alcalde Giuliani.
Evidentemente todos son
conceptos que están conectados entre sí, pero no por ello dejan de ser diferentes
y más diferentes aún las adaptaciones conceptuales y prácticas que se siguieron
desarrollando en otros países, bajo la expresión de tolerancia cero. Una ventana
que dejo entreabierta para un debate posterior si lo considera oportuno.
Popular Mechanics
Ahora me gustaría hacer un apunte más sobre el origen de la expresión del titular de esta entrada, y del que ya le dije que aparece (1) en la ventanera hipótesis de ciencias sociales de los politólogos Wilson y Kelling, publicada en la revista cultural estadounidense The Atlantic Monthly (1982).
Pero que había sido tomada literalmente
(2) de la ‘Safe and Clean Neighborhoods Act’ (“Ley de Vecindarios
Seguros y Limpios”) de Nueva York, aprobada en 1973 y cuyo origen gramatical se
remonta a su vez al Diccionario de Etimología, donde aparece (3) su
primer uso registrado online (1972).
Pues bien, existe un
uso anterior de esta expresión de comienzos de los años sesenta, relacionado
con la química de los pesticidas y su uso, o bien dicho su no uso o la prohibición
absoluta del pesticida heptacloro por
parte de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos. (‘Food
and Drug Administration’, FDA por su expresión en inglés).
Y así en un artículo que apareció (4) en la edición de junio de 1963 de Popular Mechanics se podía leer: “Sin embargo, el heptacloro es aún más tóxico y la FDA le ha dado una 'tolerancia cero'; es decir, ni el más mínimo rastro de heptacloro es permitido en la comida”.
Heptacloro, la Carson y Primavera silenciosa
Él es un plaguicida extremadamente tóxico para cualquier organismo vivo, prohibido bajo todas sus formulaciones en el 2004 por el Convenio de Róterdam, sobre el procedimiento de consentimiento fundamentado previo, aplicable a ciertos plaguicidas y productos químicos peligrosos objeto de comercio internacional.
Y
el motivo, el hecho de ser potencialmente dañino para la salud humana, la de
cualquier especie terrestre o acuática, así como para el ambiente.
Desde el punto de
vista químico el heptacloro es un compuesto organoclorado -para la IUPAC
su nombre es 1,4,5,6,7,8,8-heptacloro-3a, 4,7,7a-tetrahidro-4,7-metano-1 H -indeno y su fórmula molecular C10H5Cl7-, y como otros ciclodienos su síntesis se
produce mediante la reacción de Diels-Alder (1928). (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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