(Continuación) Bien, de
acuerdo con la leyenda, ¿pero de dónde viene lo de ‘Claro de luna’? Pues
verán. Por lo que tengo averiguado el sobrenombre empezaría a hacerse popular después
de la muerte del compositor, y vendría a raíz de una comparación literaria que
el poeta y crítico musical alemán Ludwig Rellstab (1799-1860) realizó,
entre el primer movimiento de la pieza y el claro de luna del lago de Lucerna,
unos años después de la muerte de Beethoven. Al parecer, en 1835, el
crítico escribió que el hecho de escuchar esta sonata le había recordado el
reflejo de la luna en dicho lago durante un paseo en barco.
El resto es historia y,
les decía más arriba que ‘Claro de Luna’ es una de las más famosas composiciones
de Beethoven. Una de las más porque -disculpen esta opinion personal,
basada sólo en mi ignorancia musical-, tienen su misma excelencia tanto el primer movimiento de la ‘Quinta Sinfonía’,
como la bagatela para piano ‘Para Elisa’ o la ‘Novena Sinfonía’,
por citar algunas. Pero lo dicho, qué sabré yo.
Ya de la que va y a
propósito de ‘claro de luna’, sea la expresión gramatical, la sonata de marra o
la comparativa del lago, permítanme un apunte más. De la
primera les adelantaré que su origen es de naturaleza astronómica, ya se
la habrá imaginado; de la segunda, que no es esta sonata la única obra musical
con ese título, algo que sin duda sabía; y de ambas, que se las desarrollo
en esta entrega. Veamos.
De la tercera, del suizo lago
de Lucerna, y ya que vamos de leyendas, les diré que se le conoce también por
el de los ‘Cuatro Cantones’ y es en él donde sucede parte de la leyenda sobre Guillermo
Tell, sí, el legendario personaje de la independencia suiza (siglo XIV),
que desencadena la rebelión de los cantones suizos contra el Sacro Imperio
Romano Germánico.
Un mito en el que, siglos
después, se basó el dramaturgo alemán Friedrich Schiller (1759-1805)
para escribir su drama ‘Guillermo Tell’ (1804), que a su vez fue utilizado por el músico italiano Gioachino Rossini
(1792-1868) para su ópera homónima, estrenada en parís en 1829. Sí, es la
de la conocida y popular obertura. Lo dejo aquí, pero, como pueden ver es un magnífico
y prometedor nexo -recuerden la escena de la leyenda del ballestero, su famosa
puntería y, a 100 pasos de distancia, su hijo con la manzana en la cabeza.
Con él cierro, y en clave
musical, el círculo alrededor del ‘Claro de Luna’ beethoviense, pasando al segundo
referente de la terna decimonónica. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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