(Continuación) Que no
era lo previsto y me explico. La NASA pretendía que cuando Armstrong
pusiera el pie en la Luna, todo el territorio estadounidense estuviera
siguiendo este hito histórico, por lo que debía hacerlo en un margen horario conveniente
para todos los ciudadanos del país.
De ahí que, una vez
alunizado, mandara a los astronautas descansar y dormir antes de hollar por
primera vez el satélite. Una orden que cumplieron solo a medias pues los
nervios les podían, así que se pasaron las seis horas hasta que les autorizaron
a bajar del Eagle, tomando fotografías del paisaje lunar.
Pero el momento llegó,
y si bien en principio el histórico paseo lunar iba a ser retransmitido a
partir de la señal que llegase a la estación de seguimiento de Goldstone
(California, Estados Unidos), todo debía quedar en casa, natural, dicho momento
iba a ser seguido por las tres estaciones terrestres.
La de Goldstone sería
la principal, pero contaría en todo momento con la ayuda de la estación de
Honeysuckle Creek, situada cerca de Canberra, y el radiotelescopio Parkes,
también en Australia. Una cuestión de efectividad en la cobertura que resultó fundamental
porque, ante la mala recepción de la señal estadounidense se optó por utilizar
la de la estación australiana.
“That's one small step for [a] man, one giant leap for mankind”
Gracias a ella fue
como, sentados absortos frente al televisor, alrededor de seiscientos millones (600
000 000) de persona de un mundo poblado por tres mil seiscientos millones (3
600 000 000), pudimos ver a Neil Armstrong descender por la escalera del
módulo lunar, pronunciar la famosa, polémica y connotada frase: “Este es un
pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”, poner su
pie izquierdo en la superficie de Luna y dar los primeros pasos del hombre
fuera del planeta Tierra.
Se cumplía así la
primera parte del objetivo fijado en 1961, por el malogrado presidente John
F. Kennedy ocho años antes. Unas imágenes fantasmagóricas en blanco y negro,
casi irreales en sentido figurado, pero más que reales en sentido literal solo
que eran imágenes provenientes de otro mundo a 384 400 km. Eran las 03:56 hora
peninsular española del día 21 de julio de 1969. Yo lo vi con mis padres.
Y ya está, el momento
mágico pasó. El ser humano había pisado otro mundo por primera vez y dado sus
primeros pasos en él, pero no lo hizo para quedarse. Poco más de tres años
después abandonábamos la Luna, al menos temporalmente. Pero lo cierto es que, desde
la primera vez, se han cumplido ya 50 años de ello. (Continuará)
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sobre ellas.
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