(Continuación) Una sustancia de la que también
sabemos -desde finales del siglo XVIII y comienzo del XIX, gracias a científicos como Cavendish, Lavoisier, Gay-Lussac y Humboldt entre otros-,
que es un compuesto químico de fórmula H2O, al estar constituido por dos volúmenes del
elemento hidrógeno (H) por cada volumen del elemento oxígeno (O).
Pues bien, en la ‘Tierra Gemela’ (TG), también
existe una sustancia aparentemente idéntica a la nuestra, cuyos habitantes,
gemelos nuestros, no solo la utilizan con los mismos fines sino que, además, la
llaman también agua. Solo existe una diferencia, su estructura química
no es H2O sino XYZ, así es como la formula Putnam.
De modo que, aunque se llamen igual, su
significado químico es distinto en cada planeta, y así, mientras que en la
Tierra el término «agua» se refiere a H2O, en la ‘Tierra Gemela’
«agua» hace referencia a XYZ. Bien, pero no queda ahí la cosa.
Nuestro hombre da un paso más y nos pide, primero, que
nos traslademos unos siglos atrás, cuando la química aún no se había
desarrollado lo suficiente, y no conocíamos la composición química del agua en
ninguno de los dos planetas.
Y después de este virtual viaje en el tiempo nos
pide que imaginemos a un habitante de la Tierra, él lo llama Óscar, y a su
gemelo en la ‘Tierra Gemela’, ‘Óscar Gemelo’, que por supuesto tienen sus
cerebros idénticos molécula a molécula, tanto en composición como en
estructura.
Ex hypothesi
Ex hypothesi, aunque ambos Óscar
utilizan la misma palabra agua, y con ella aluden a dos sustancias líquidas formalmente
idénticas, sin embargo, en el fondo, significan dos cosas bien diferentes pues,
mientras una se refiere con ella a H2O la otra lo hace a XYZ.
Visto así, Óscar, que llama «agua» a un líquido
que tiene de fórmula química H2O, si viajara a la Tierra Gemela y conociera la
estructura química del agua de allí, XYZ, diría que esa sustancia no es agua.
Y tres cuartos de lo mismo le ocurriría a ‘Óscar
Gemelo’ si hiciera el viaje en sentido opuesto pues, no en vano uno aprendió que
el término “agua” significaba H2O, mientras que el otro aprendió que
el mismo «agua» significaba XYZ. Ergo la extensión de un término no
viene fijada por un concepto que el hablante tenga en su cabeza.
El contenido del cerebro de una persona no es
suficiente para determinar la referencia de los términos que emplean, por lo que
se debe examinar la historia causal que llevó a estos individuos a adquirir el
término. Esta es la tesis esencial del externalismo semántico, esencial les
digo porque nada es tan simple. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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