(Continuación) Ejemplos magníficos de cursilerías
clamorosas, a las que no le siguen muy atrás perlas literarias en las que: Los
delanteros no meten goles, sino que “certifican”. Nadie hace, todos “desarrollan
y registran”. Se juega en la “medular”, donde el centrocampista que no tiene
visión del juego “no proyecta”. O los defensas “arrebañan”, cuando no hacen un
“despejamiento”. Claro que también tenemos lo del tiro al “palo largo” o al
“palo corto”. En fin, lo de siempre, “el furbo es furbo”.
Para
llegar al “resultado inalterable”. No
es infrecuente oír “continúa inalterable el resultado inicial de cero a cero”,
sí tal cual, y lo mejor es que parece que entendemos lo que quiere decir. Ya. Pero
si en vez de oírlo, lo escuchamos, la cosa no parece ya tan entendible, y verán
por qué les digo esto. Para empezar, si es inalterable, condición de aquello
que no es susceptible de ser alterado, entonces qué hacen todos allí. Alguien
debería decirles que se fueran a sus casas pues, por propia definición de
inalterable, esperan algo que no puede suceder. Vamos que hacen el ridículo
salvo que quieran decir inalterado. Y acabando porque, si se trata del
“resultado inicial”, es decir que al comienzo (lo llama inicio) del partido ya
se ha producido el resultado, entonces, ¿para qué los jugadores corren y
cobran, el público paga y grita, y los árbitros sudan y, a veces, se juegan el tipo?
Pues para nada, pues ya tenemos el resultado. Estamos
ante una abdicación del sentido común, una agresión a la ortodoxia semántica y
sintáctica no muy diferente a la de “disparar al palo corto” o “al palo largo”
que citaba más arriba. Unas expresiones creo, que para algunos juglares
futboleros representan el poste más cercano o alejado, visto desde su posición
claro, que esa es otra. Y por supuesto, si tiramos de las matemáticas
escolares, para estos iluminados geómetras las porterías no delimitan un
rectángulo sino un trapecio.
Una ignorancia graciosa, como otras gracias
ignorantes que por ahí pululan: “No ha sido gol porque se ha ido fuera”; “La
máxima del fútbol: para atacar hay que tener el balón”; “Como sigan a este
ritmo de partido no van a durar ¡ni tres horas!”; “No cabe duda de que si
quieren meter un gol, el balón tiene que ir entre los tres palos”; “Es un
partido de ataque voraz que se ha instalado en el cerocerismo”; “El Chelsea
está atacando de manera reivindicativa”; “Si meten un gol más que el rival,
ganan”. Iluminados del idioma, oiga, pero qué quiere “El furbo es asín”.
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