domingo, 9 de junio de 2019

2019 según Isaac Asimov (1)

(Continuación) Es decir transcurridos treinta y cinco (35) años, los mismos que desde 1949, cuando Orwell publicara su futurista y asfixiante distopía con título de año, 1984. Una cuestión numérica de la que les pongo al tanto pues tiene su intrahistoria.
La idea periodística era simple y por tanto con posibilidades de ser buena. Si en 1984 (año) ya habían pasado treinta y cinco desde la publicación de 1984 (novela), y bastante de lo aventurado en ella se había cumplido, ¿por qué no se plantearse cómo sería el mundo pasados otros tantos? Pues pensado y hecho.

Todo apunta a que fue a finales de diciembre de 1983 cuando el diario ‘Toronto Star’ (uno de los mas antiguos y prestigiosos de Canadá), le propuso al ya por entonces exitoso escritor Isaac Asimov la idea de predecir el futuro, jugando con el lapso de tiempo de los treinta y cinco años. O sea, más o menos, un salto generacional.
Una especie de guiño orwelliano pero que está bien pensado pues, desde el punto de vista científico, es un margen de tiempo suficiente como para que el hecho de vislumbrar de forma razonable y razonada el futuro, no fuera una tarea demasiado fácil. O demasiado difícil, como para no hubiera otra que recurrir al resbaladizo terreno de la ciencia ficción en el que, por cierto, Asimov se movía bien y desde hacía décadas.
Cuestión de calidad
Bien, hasta cierto punto parece lógica la elección del periodo de tiempo generacional, pero, ¿por qué se eligió al autor? En palabras del por entonces editor del diario: “Asimov era popular en ese momento, así que simplemente lo llamé a su casa de Nueva York y le pregunté. Le encantó la idea de una serie de 1984 y se mostró complacido de ser ‘el escritor principal’. Era un hombre muy amable y cobraba un dólar (1 $) por palabra”.
O sea que se trataba de una buena elección. En realidad, por esa época, el escritor era uno de los más famosos y populares autores de ciencia ficción, y se prodigaba en revistas pulp, semanarios y libros, donde daba muestra de su prodigiosa imaginación para pergeñar historias de civilizaciones galácticas y robotizadas.
Un perfil de escritor que se completaba y complementaba con su faceta universitaria y académica, dado que era bioquímico y profesor en la universidad, por lo que resultó ser un magnífico candidato para especular sobre el futuro. Por cierto, el artículo original fue publicado el 31 de diciembre de 1983 y en él escribió algo más que buenos propósitos de Año Nuevo, como ya se pueden imaginar.
Predicciones de Asimov para 2019
El autor de las Tres Leyes de la Robótica -que también redactó en unas Navidades, las de 1940, y aparecieron por primera vez en su relato Runaround (Círculo vicioso) de 1942-, en el artículo para el Toronto Star de 1984, la verdad es que no se cortó un pelo. (Continuará)
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