Empiezo por lo que es bien conocido de
todos. En el actual y casi internacional calendario gregoriano, mayo ocupa el
quinto lugar en este humano ordenamiento anual del tiempo. Un mes que por
cierto consta de treintaiún (31) días en su haber como enero, marzo, julio,
agosto, octubre y diciembre (regla nemotécnica de la mano izquierda). Sin
embargo, lo que quizás no lo sea tanto ni por tantos, es el hecho de que no fue
siempre así pues, en el antiguo calendario romano, cuando el año constaba de
diez meses, mayo era el tercer mes. Y lo fue hasta que Numa Pompilio añadió
enero y febrero, a fin de paliar los desfases temporales que se producían entre
el paso de los meses y las llegadas de las estaciones meteorológicas, que no
astronómicas, del año. Ya lo hemos traído a ‘Ciencias a la roteña’.
Ya, pero, ¿por qué se llama mayo? Pues
lo cierto es que el origen de su nombre (‘Maius’, en latín) es de lo más
incierto y variado. Le traigo una terna a modo de ejemplo. En opinión de
algunos exégetas, y desde el campo de la historia y de la etimología, su nombre
proviene del latín ‘majorum’ que significa mayores, y vendría a ser una especie
de reconocimiento y homenaje a los ancianos, a los miembros más antiguos del
Senado. Los protectores, entonces, del pueblo.
Sin embargo, otros atribuyen su nombre
a Maia, diosa romana de la primavera y el cultivo, madre de Mercurio y esposa
de Vulcano, casi nada, toda una divinidad para nombrarlo. Precisamente era en su
primer día cuando alcanzaban su punto culminante las celebraciones en honor de
Flora, la diosa de las flores en la antigua Roma. O sea.
Claro que, según una tercera opción podría derivar de ‘Maius Juppiter’,
reducción de ‘Maximus’, el más grande.
En fin, lo dicho, no parece clara la
razón del nombre pero, sea cual sea la hipótesis correcta, de lo que no hay la
menor duda es de que mayo es el mes de las flores. Ya desde el campo de la
astronomía recordarle que, de los cuatro plenilunios de esta primavera, el 18
de mayo tendrá lugar la tercera luna llena mientras que pasado mañana, 5 de
mayo, ocurrirá la segunda luna nueva o novilunio. Destacar también que a lo
largo de esta estación astronómica no habrá eclipse de ningún tipo, ni solar ni
lunar y que, de las dos más importantes lluvias de meteoros de este periodo de
tiempo, las 'Líridas' y las 'Eta Acuáridas', ésta tendrá su máximo alrededor del 6
de mayo. Y nada más. Si me lo permiten, vuelvo a mi poeta de cabecera: ‘Era una
noche del mes / de mayo, azul y serena’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] Esta entrada apareció publicada el 10 de mayo de 2019, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la
pueden leer.
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