miércoles, 20 de febrero de 2019

VCM-12. VENENOS Y CIENTÍFICOS (S. XVIII)

(Continuación) Les traigo una manita corta de sucedidos dieciochescos, de lo más variada en cuanto a los venenos utilizados (mercurio, paté con trufas, fósforo), los científicos y las disciplinas implicadas (el alquímico Newton, el médico Ofray, el físico Richmann o el químico Scheele) y las formas de enfermar o por desgracia morir, algunas de ellas digamos poco dignas o impropias. Y empezamos con el más genial de todos, el gran Newton.
Isaac Newton y la alquimia
Poco que decir que no sepan del que está considerado el hombre más decisivo en la historia de la Humanidad, el físico, filósofo, teólogo, inventor, alquimista y matemático inglés Isaac Newton (1643-1727), autor de Philosophiæ naturalis principia mathematica, más conocido como Principia, donde describe la ley de la gravitación universal (LGU) y establece las bases de la mecánica clásica mediante las leyes que llevan su nombre.
Entre otros descubrimientos destacar sus trabajos sobre la naturaleza de la luz y la óptica (que se presentan principalmente en su Opticks), y en matemáticas, cómo no, el polémico desarrollo del cálculo infinitesimal.
Pero no es ninguna de estas aportaciones la razón de venir hoy aquí, ya que más bien guarda relación con su faceta de alquimista. Verán. Los intereses intelectuales de Newton también le llevaron a estudiar teología, sobre todo el campo de las profecías, y alquimia, no tanto por una búsqueda de la piedra filosofal como tal sino como por el conocimiento de la materia.
Un estudio de la biblioteca de Newton publicado en 1978, habla de la existencia de casi 1800 libros de los cuales solo unos 450 (el 25 %) eran de contenido científico y la mayoría de estos unos 138 (el 30 %) eran de alquimia. 
Newton, crisis y mercurio
Pero a lo que vamos. En 1693 Newton padeció una gran crisis psíquica, causante de largos periodos en los que permaneció aislado y durante los que casi ni comía ni dormía. Una época en la que sufrió ataques de depresión y arranques de paranoia.
Algunos historiadores creen que esta crisis de salud fue causada por la ruptura de su relación con un discípulo muy amado, Nicolás Fatio de Duillier, lo que bien pudo ser por qué no. Al fin y al cabo, son las cosas del querer. Cosas que pasan entre humanos de todo género y condición.
Sin embargo, ya en el siglo XX, en concreto en 1979 se publicó un estudio que demostraba la existencia de una concentración de mercurio (como ya saben, altamente neurotóxico) unas quince (15) veces mayor que la normal en su cabello.
Un valor que hizo pensar a muchos que el físico sufría envenenamiento por mercurio, debido a los experimentos alquímicos que realizaba, ya que creía, como otros tantos científicos de la época, que era factible convertir el mercurio en oro. Y mientras lo intentaba, pues se intoxicó, lo que explicaría los inequívocos síntomas de insomnio, agresividad, pérdida de apetito, sordera, locura temporal, pérdida de memoria, etcétera. Hoy sabemos que el mercurio es un metal venenoso cuya inhalación que puede causar toda esta sintomatología. (Continuará)
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