Desde los míticos
y clásicos ya citados Stayin' Alive (Seguir
vivo) de The Bee Gees o I will survive (Sobreviviré) de Gloria Gaynor. Hasta Hearbreaker (Rompecorazones) de Mariah Carey y Jay Z, Heart and soul
(Corazón y alma) de T’ Paul o Quit playing games [with my heart] (Deja
de jugar [con mi corazón]) de Backstreet
Boys. Pasando por What’s going on
(Qué ocurre) de Marvin Gaye o Another one bites the dust (Otro que
muerde el polvo) de Queen. Ya les
advertí.
Y a las que
podemos añadir Sweet Home Alabama de Lynyrd Skynyrd, Hips Don't Lie de Shakira
o Five to One de The Doors. Sin olvidarnos de otras tantas de los no menos conocidos
Justin Timberlake, Abba, Lady Gaga, Madonna, Otis Redding, Adele o Justin Bieber y
así hasta cuarenta y siete (47).
Teniendo, y
esto es lo importante, la seguridad de que todas se acoplan a la perfección, a esa
necesidad mecánica del masaje cardiaco, consistente en aplicar presión en el
esternón, directamente con las manos, al ritmo adecuado de unas cien veces por
minuto. Que viene a ser poco menos de dos veces por segundo y que se asemeja a
la cifra de los latidos normales de nuestro corazón.
Una técnica
fácil de aprender, no cuesta más de un minuto, pero cuyo ritmo temporal no es
fácil de aprehender, de ahí la importancia de oír en nuestra cabeza una de
estas canciones mientras realizamos el masaje que, no olvidemos, puede salvar
una vida. Y me explico.
Puede
salvar una vida, digo, porque se trata de un método falible, no lo debemos
olvidar, que, eso sí, podría reanimar a una persona que haya sufrido un paro
cardíaco, tenga problemas de tiroides o cualquier otra enfermedad que pueda
afectar directamente al corazón. Así que, aprender está técnica no está de más.
De hecho, el
centro neoyorquino incluye en su página web un vídeo en el que explica cómo realizar
esta reanimación cardiopulmonar, asegurando que cualquiera puede salvar una
vida. Ni que decir tiene que la idea no es la de que, ante una situación como ésta
de riesgo inminente, nos pongamos a buscar una canción en el móvil o en cualquier
otro tipo de reproductor. No.
Se trata haber
elegido una y recordarla en el momento necesario. O sea, de tener un tema
interiorizado y tararearlo, aunque sea mentalmente, para que nos ayude a
mantener el ritmo preciso. Va una vida en ello.
PD: Mañana
mismo les incluyo un índice sobre esta temática, que más de un lector avisado
me ha sugerido.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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