Expresado así, lo más seguro es que lo primero que se le venga a la mente no
sea otra cosa que el conocido acontecimiento náutico que, desde 1829 y hacia finales
de marzo y principios de abril, se celebra sobre las aguas del londinense río
Támesis.
Me refiero claro a “la regata” deportiva que enfrenta a los dark blues de la Universidad de Oxford y
los light blues de la Universidad de Cambridge,
y en la que en menos de veinte minutos (20 min) recorren la nada despreciable
distancia de seis kilómetros (6 km). Lo que no está nada mal.
De hecho por fama y reconocimiento, el prestigio del equipo vencedor bien se
puede comparar con el del ganador en cualquier otra competición de los Juegos Olímpicos. Bueno quizás exagero
algo.
Pero no importa porque el motivo de traerles estas líneas aquí no es el de
la rivalidad deportiva, y la más que jugosa intrahistoria que guarda la aventura
de su enfrentamiento. No. Sepan que dicha competencia que tiene su origen en un
asesinato que ocurrió hace ya ochocientos (800) años y que habrá que contar en
otro momento.
No es de esta rivalidad universitaria les decía, de la que quiero hablarles
hoy sino de otra, la que contempla el prestigio académico de ambas instituciones,
tanto en el campo de las ciencias
como en el de las artes, ¿cuál es la
que más destaca en un campo y en otro?
‘Universidad’
Por situarles, sepan que no fue hasta mediados del siglo XII y principios
del XIII cuando empezaron a surgir las primeras universidades en Europa,
entendiendo por dicho término de “universidad”, la “totalidad de los miembros
de un grupo”.
Trato de decir con esto que al principio había “universidades”, por así
decirlo, de todo tipo y profesión: carpinteros, carniceros, herreros, comerciantes
y cualquier otra actividad que se le ocurra.
Y naturalmente también se formó una entre profesores y estudiantes que, con
la intención de defender sus propios intereses escolares ante las autoridades
civiles, decidieron organizarse en asociaciones profesionales. Al final, como
ya saben, ellos se quedaron con la palabra universidad.
Si bien existen algunas discrepancias sobre las fechas de sus fundaciones
se podría admitir con cierto consenso que la primera de todas fue la italiana Universidad de Bolonia, fundada por el
emperador Federico I Barbarroja en
1155 aproximadamente, y a la que le seguiría en el mismo siglo XII, la Universidad de Oxford en el año 1163.
Ya durante el siglo XIII aparecieron otras como Cambridge en 1209, Palencia
en 1212, Salamanca en1220, Pádua en 1222, Nápoles en 1224 o Toulouse en 1229.
Como pueden apreciar por las fechas, la proliferación universitaria iba in crescendo, tanto que a finales del
siglo XV, existían unas sesenta (60) universidades en toda Europa. Un número
más que significativo. (Continuará)
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