domingo, 28 de septiembre de 2025

Escalas sísmicas: Mercalli [CR-327]

Esta entrada apareció publicada el 19 de septiembre de 2025, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]

(Continuación) Aquí es cuando aparece la segunda, creada en 1902 por el sismólogo, vulcanólogo y sacerdote milanés Giuseppe Mercalli (1850-1914) y modificada con posterioridad en 1931; esta escala tiene la peculiaridad de no estar basada en los registros científicos realizados por los sismógrafos como la del estadounidense (Richter), sino en los efectos generados en las estructuras y en la sensación percibida por la gente. Es decir que mientras ésta mide el movimiento sísmico en sí, la magnitud, energía liberada, la del milanés mide qué tanto se sintió un temblor y qué tan fuertes fueron los daños que ese movimiento ha provocado, vamos la intensidad. O lo que es lo mismo, mientras el temblor es causado por la energía sísmica liberada por un terremoto, los terremotos difieren en la cantidad de su energía que se irradia como ondas sísmicas. Una diferencia a destacar y no es la única.

La de Mercalli, por el contrario, es una escala cerrada, lineal, que consta de doce grados expresados en números romanos y, además, la relación entre ellos tampoco es igual (ya que es lineal) de forma que un seísmo de grado II es doble que uno de grado I, y uno de grado VI es triple que uno de grado II. En la medición de la intensidad de un terremoto según su impacto real se consideran: los daños en edificios y estructuras; los efectos en el entorno (cambios en la superficie terrestre, como la aparición de grietas); y la propia percepción humana del fenómeno, su experiencia personal que puede ir desde la sacudida imperceptible hasta el pánico general. En dicha escala los niveles bajos están asociados por la forma en que las personas sienten el movimiento, mientras que los grados más altos se relacionan con el daño estructural observado.

A lo largo de la historia ha existido muchas escalas de Mercalli y en una de las últimas modificaciones los grados se describen como: I, muy débil; II, débil; III, leve; IV, moderado; V, poco fuerte; VI, fuerte; VII, muy fuerte; VIII, destructivo; IX, muy destructivo; X, desastroso; XI, muy desastroso; XII, extremo. Naturalmente se puede establecer una correlación entre los valores de magnitud e intensidad de ambas escalas y así: los de magnitud comprendida entre 1,0 y 2,9 se corresponden con el grado de intensidad I; los de 3,0 y 3,9 con un grado entre II y III; los de 4,0 y 4,9 con un grado de intensidad entre IV y V; los de 5,0 y 5,9 a los grados VI y VII; los de 6,0 y 7,9 a VII y IX; y de 8,0 o más al X o más alto. Un amable y atento lector me pone sobre aviso, ¿desde cuándo existen los sismógrafos?, mientras le dejo con Richter, ‘Solo los locos y los embusteros predicen terremotos’.

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