(Continuación) Incluso el fenómeno de la capilaridad, además de dañino en los edificios al afectar a materiales de construcción y muy beneficioso en vegetales y animales, puede resultar divertido en la escuela y me remito a los experimentos de cromatografía en papel para separar tintas que se realizan con los niños.
En el laboratorio: ¿agua líquida?
Le indicaba más arriba
que podemos encontrar en la naturaleza a esta sustancia en tres de los
estados de la materia (sólido, líquido y gaseoso) algo ya poco frecuente, pero
sucede que hay una característica más anómala aún relacionada con su estado
de agregación.
Y es que no debería ser líquido, con las temperaturas y
presiones existentes en el planeta el agua debería ser un gas, por
ponerle un ejemplo, el ácido sulfhídrico (H2S) de masa
molecular Mm = 34, casi el doble que el agua (H2O) de masa
molecular 18, a tª ambiente es un gas.
Es decir que de acuerdo a su Mm el punto de ebullición del agua debería ser muchísimo más bajo que los cien grados Celsius (100º C); no, este compuesto no parece seguir las reglas de la química, al menos las que conoce la ciencia popular.
Una clase de
conocimiento que, por otro lado, no ignora que su molécula se compone de dos
elementos muy “ligeros”, hidrógeno (H) y oxígeno (O), y por ahí
podría venir la razón o razones de que, como sustancia, el agua se comporte de
forma tan curiosa y rara.
En la RAE: ¿“el agua” o “la agua”?
Y en otro tipo de laboratorio,
¿cuál es la forma correcta de expresarlo? Es una duda que a veces surge al
hablar o escribir, aunque agua es un sustantivo femenino por lo
que en principio el artículo determinado que le acompaña debería serlo
también, así que “la agua”.
Sin embargo, no es tampoco infrecuente ver y oír “el agua” y, de hecho, ésta es la forma correcta por razones fonéticas pues los sustantivos femeninos que empiezan con ‘a’ tónica como es el caso, deben ir acompañados ortográficamente del artículo masculino “el” para evitar la cacofonía; igualmente ocurre con “el águila”, “el área”, “el alma” o “el álgebra”.
Naturalmente cuando
hay una palabra interpuesta entre artículo y sustantivo, la regla fonética deja
de aplicarse usándose el artículo femenino, y así, “la misma agua” o “la acariciadora
agua".
Otros determinantes
No obstante, en el caso
de otros determinantes como los demostrativos (esta, esa, aquella) o los
indefinidos (alguna, mucha, ninguna), se usan las formas femeninas: “esta
agua", "alguna agua". Y si al sustantivo le acompaña un adjetivo
éste debe concordar en género: “el agua clara", “el área extensa” o “el
alma pura”.
Si estamos en número plural la regla cambia y se usa el artículo femenino “las”, ya que no hay repetición del sonido “a” ni por tanto problema fonético: “las aguas frías” “las armas afiladas”. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.




1 comentario :
Estoy estuadiando 2º Bach, me vendría bien la explicación científicas de esas propiedades. Gracias.
Publicar un comentario