domingo, 14 de septiembre de 2025

Curiosa agua. Ciencia popular (y 4)

(Continuación) Incluso el fenómeno de la capilaridad, además de dañino en los edificios al afectar a materiales de construcción y muy beneficioso en vegetales y animales, puede resultar divertido en la escuela y me remito a los experimentos de cromatografía en papel para separar tintas que se realizan con los niños.

En el laboratorio: ¿agua líquida?

Le indicaba más arriba que podemos encontrar en la naturaleza a esta sustancia en tres de los estados de la materia (sólido, líquido y gaseoso) algo ya poco frecuente, pero sucede que hay una característica más anómala aún relacionada con su estado de agregación.

Y es que no debería ser líquido, con las temperaturas y presiones existentes en el planeta el agua debería ser un gas, por ponerle un ejemplo, el ácido sulfhídrico (H2S) de masa molecular Mm = 34, casi el doble que el agua (H2O) de masa molecular 18, a tª ambiente es un gas.

Es decir que de acuerdo a su Mm el punto de ebullición del agua debería ser muchísimo más bajo que los cien grados Celsius (100º C); no, este compuesto no parece seguir las reglas de la química, al menos las que conoce la ciencia popular.

Una clase de conocimiento que, por otro lado, no ignora que su molécula se compone de dos elementos muy “ligeros”, hidrógeno (H) y oxígeno (O), y por ahí podría venir la razón o razones de que, como sustancia, el agua se comporte de forma tan curiosa y rara.

En la RAE: ¿“el agua” o “la agua”?

Y en otro tipo de laboratorio, ¿cuál es la forma correcta de expresarlo? Es una duda que a veces surge al hablar o escribir, aunque agua es un sustantivo femenino por lo que en principio el artículo determinado que le acompaña debería serlo también, así que “la agua”.

Sin embargo, no es tampoco infrecuente ver y oír “el agua” y, de hecho, ésta es la forma correcta por razones fonéticas pues los sustantivos femeninos que empiezan con ‘a’ tónica como es el caso, deben ir acompañados ortográficamente del artículo masculino “el” para evitar la cacofonía; igualmente ocurre con “el águila”, “el área”, “el alma” o “el álgebra”.

Naturalmente cuando hay una palabra interpuesta entre artículo y sustantivo, la regla fonética deja de aplicarse usándose el artículo femenino, y así, “la misma agua” o “la acariciadora agua".

Otros determinantes

No obstante, en el caso de otros determinantes como los demostrativos (esta, esa, aquella) o los indefinidos (alguna, mucha, ninguna), se usan las formas femeninas: “esta agua", "alguna agua". Y si al sustantivo le acompaña un adjetivo éste debe concordar en género: “el agua clara", “el área extensa” o “el alma pura”.

Si estamos en número plural la regla cambia y se usa el artículo femenino “las”, ya que no hay repetición del sonido “a” ni por tanto problema fonético: “las aguas frías” “las armas afiladas”. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 


1 comentario :

Alumna de Química dijo...

Estoy estuadiando 2º Bach, me vendría bien la explicación científicas de esas propiedades. Gracias.