martes, 28 de marzo de 2023

Centenario de Einstein en España, 1923. Llegada a Madrid

(Continuación) La entrevista se publicó en dicho diario al día siguiente y sus palabras aludían a sus supuestas declaraciones en la sede barcelonesa de la CNT, durante el encuentro que tuvo unos días antes con el histórico líder del sindicato anarquista Ángel Pestaña.

Fueron unas declaraciones tranquilizadoras para los lectores nacionales, en el sentido de que manifestaba que dichas palabras no habían salido de su boca y que más bien había pronunciado exactamente lo contrario.

“No soy revolucionario, ni siquiera en el terreno científico, puesto que quiero conservar cuanto se pueda y pretendo eliminar tan solo lo que obstaculiza el progreso de la ciencia”. En fin, un malentendido al parecer, o no.

En la estación de Mediodía

En esta ocasión sí hubo un muy importante comité de recepción constituido por autoridades políticas, científicas, económicas y, natural, amigos y hasta familiares. El matrimonio fue recibido, entre otros, por el físico y amigo Blas Cabrera, el también físico y matemático José María Plans y por Lina y Julio Korcherthaler, familiares de Elsa Einstein.

Era el jueves día 1 de marzo, el primero de una decena de días cargados de una actividad frenética, tanto en lo personal y privado como en lo público y oficial, y de no pocas anécdotas de las que da cumplida cuenta el historiador estadounidense Thomas Glick en su libro Einstein y los españoles (1986).

Una de las cuales no me resisto a recordársela ahora por ser una magnífica ilustración de lo que representó la visita del genio a nuestro país. Cuenta Glick que en uno de los paseos que Einstein solía dar por Madrid fue reconocido por una vendedora de castañas quien le gritó: “¡Viva el inventor del automóvil!”. Qué me dice.

Sin duda fue un acertado reconocimiento de la persona, pero, estará conmigo, que una muy errada asignación de su aportación o descubrimiento, digamos, científico. No me negará que la cómica exclamación castañera está cargada de puro surrealismo.

Y es además un magnífico reflejo de lo que, para la gran mayoría de los españoles, supuso la visita del físico: una celebridad entre nosotros que muchos reconocían, pero de la que nadie (o casi) sabía apenas nada ni, por supuesto, entendía una sola palabra de lo que hablaba.

Visitas, recepción y conferencia

Al día siguiente de su llegada, viernes 2, el científico lo dedica a visitar el Laboratorio de Investigaciones Físicas de Blas Cabrera y a asistir al espectáculo Tierra de nadie en el Teatro Apolo.

Y el sábado 3 de marzo inicia la primera de las maratonianas jornadas madrileñas: pasea por Madrid; visita por primera vez el Museo del Prado; es recibido por el alcalde la ciudad, Joaquín Ruíz-Giménez y almuerza con la familia de su mujer, los Korcherthaler. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 


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