martes, 7 de marzo de 2023

Centenario de Einstein en España, 1923. Acerca de las conferencias: Incomprensión científica

(Continuación) La misma reacción le decía porque, hablando en plata, en dichas conferencias nadie se enteró de nada acerca de la relatividad, si nos atenemos a lo publicado por la prensa de la época.

Bueno, quizás el pronombre indefinido “nadie” sea algo exagerado, y aunque es cierto que las teorías relativistas eran, y siguen siendo, incomprensibles fuera de los ámbitos especializados e incluso dentro, lo dejo ahí, no lo es menos que estos ámbitos existían y existen.

Incomprensión científica

Muy reducidos, de acuerdo, pero existían; de no haber sido así Einstein no habría aceptado la invitación española.

Existe cierto consenso en admitir que, probablemente, Esteve Terradas fuera la única persona presente capaz de seguir al cien por cien el hilo de las palabras del genio quien, en este sentido y medio en broma, dijo que Terradas era el único español que lo comprendía y que “de algunos temas sabe usted más que yo”. Genialidad relativa.

Según el historiador Roca Rosell “el nivel de exposición que utilizó fue muy elevado” y es que “él siempre decía que hacía conferencias para entendidos” y que “no le interesaba la divulgación”, lo que puede ser y, visto desde cierta perspectiva, tampoco parecía que tuviera que ser en sí negativo.

En realidad, es uno de los tópicos que siempre se han relacionado con Einstein -el que nadie entendiera lo que explicaba-, una inentendibilidad que en realidad jugaba a su favor porque, entonces como hoy, la incomprensibilidad parecía más una muestra de nivel y calidad intelectual que no de lo contrario; un cliché que en pleno siglo XXI convendría reconducir.

Ataque científico

No obstante, el hecho de ser un icono de la vanguardia científica, o precisamente por esto, no le privó de ser atacado por el sector más conservador de la ciencia, destacando en esta faceta el astrónomo y divulgador científico barcelonés J. Comas Solá (1868-1937), el físico local antirrelativista.

Quien no anduvo muy acertado a la hora de mostrar su desacuerdo, y hasta escepticismo, sobre la revolución einsteniense, al no dejar de rebatirla de manera pública en conferencias, publicaciones y artículos de prensa. Un error sin duda.

Pero lo cierto es que la teoría de la gravitación de Einstein de 1915, a la que llamó teoría de la relatividad general (TGR), es bastante contraintuitiva y nada fácil de aprehender. Planteada como una salida ingeniosa a determinados problemas conceptuales, suponía que la omnipresente, inevitable e ineludible gravedad está íntimamente ligada al espacio y al tiempo mediante la geometría. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


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