(Continuación) Pero en absoluto su propuesta hablaba de cambiar la hora establecida por los relojes para tal efecto. De modo que, definitivamente, Franklin no inventó el horario de verano, aunque sí fue uno de sus primeros precursores.
Sí porque,
probablemente, su trabajo sea la primera
manifestación oficiosa y por escrito de un cambio de horario, para adecuarse a las
nuevas condiciones ambientales que traían consigo la llegada periódica de las
estaciones.
Pero él
solo proponía un cambio de hábitos, algo no muy diferente de lo que un cuarto
de siglo después, en España, hicieron las Cortes de Cádiz. La Asamblea
constituyente inaugurada en San Fernando el 24 de septiembre de 1810 y posteriormente
trasladada a Cádiz en 1811, durante la Guerra de la Independencia Española.
Un Parlamento cuyo reglamento permitía adelantar en una hora las reuniones, durante el periodo primavera-verano, la misma que después se retrasaba durante el periodo de otoño-invierno. Y así, el artículo 2.º de su Reglamento decía: ‘El presidente abrirá las sesiones a las diez desde el 1 de octubre hasta el 30 de abril y a las nueve desde el 1 de mayo hasta el 30 de septiembre’.
Es
decir, no cambiaban la hora de los relojes, sino que cambiaban el horario de
las actividades. Que puede parecer lo mismo y, sin embargo, no ser igual.
Cambio de horario, no de hora
De modo
que para los decimonónicos parlamentarios españoles no existía una única hora
oficial de ir a trabajar, entiéndame, sino que adaptaban sus actividades a las
enormes y diferentes variaciones del Sol a lo largo de las distintas
estaciones del año.
Sin duda se trata de una de las primeras evidencias de horarios regulados estacionalmente o, por así decirlo, de una proto gestión de la estacionalidad, que tan solo un siglo más tarde derivaría en el cambio de hora que ahora, en pleno siglo XXI, nos planteamos suprimir.
Pero en
el ínterin, otros personajes aportaron y expusieron nuevas medidas más o menos
en el mismo sentido del inventor estadounidense. Y para contárselo nos hemos de
trasladar a finales del siglo XIX yendo de la mano de un reconocido entomólogo neozelandés.
¿Por qué se cambia la hora?:
George Hudson
George
Hudson (1867-1946),
a quien se le atribuye en 1895 la moderna propuesta del horario de verano
y de la que dicen que se debió en realidad a su fuerte deseo de tener más tiempo
libre para dedicarlo a la recogida y estudio de los insectos. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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