miércoles, 16 de noviembre de 2022

COP27. Sharm El-Sheikh

Desde el pasado domingo 6 y hasta el próximo viernes 18 de noviembre tiene lugar en la ciudad egipcia de Sharm El-Sheikh la Cumbre del Clima de 2022, conocida como COP27 y continuación de la COP26 que tuvo lugar en Glasgow el año pasado y de la que algo enrocamos (COP26 [CR-157])

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se celebra todos los años desde 1995 y en ella discuten sobre la crisis climática a nivel mundial los líderes, políticos, expertos y otras personas que firmaron el 21 de marzo de 1994, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Un tratado ambiental internacional que aborda el cambio climático y está formado por 197 países a los que se denominan Partes en la Convención.

De Glasgow a Sharm El-Sheikh

Con el lema "Juntos por la implementación", de la edición de este año bien se puede decir que es africana por partida doble: por geografía, se celebra en Egipto, y por enfoque, al ser precisamente los países de este continente los que se enfrentan a algunos de los peores impactos del cambio climático. Es así.

En realidad, ésta, es la primera de dos que tendrán lugar en la región de Medio Oriente y África del Norte, MENA (acrónimo del inglés Middle East and North Africa), ya que la siguiente, COP28, se llevará a cabo en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en 2023. O sea.

Y por desgracia el traslado geográfico de sede, de casi 6000 km entre ambas ciudades, apenas ha cambiado el anuncio oficial de sus intenciones declaradas, que son más o menos como las de tantos otros que le precedieron. La iniciativa climática sigue centrada, fundamentalmente, en dos acciones con las que casi todos los países del mundo se han comprometido.

Declaración de intenciones

Una, mantener el aumento de la temperatura media global “muy por debajo” de los dos grados Celsius (2 ºC), los pretendidos y mínimos
uno coma cinco grados Celsius (1,5 ºC), por encima de los niveles preindustriales; otra, reducir las emisiones, el pretencioso cero emisiones de carbono; y las dos juntas, algo que ya hemos oído otras muchas veces, la misma letra con distinta música.

O sea, volver a insistir con más de lo mismo, es decir, acrecencia de la resiliencia y preocupación por un mejor ambiente para nuestro planeta, pero acompañado de una casi total inacción para hacerlo efectivo. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


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