En ese mismo año de 1667 Nicolás
Steno recoge, en su obra Elementorum myologiae specimen, sus
descubrimientos sobre la estructura de los dientes de tiburón.
Se trata del primer análisis que se realiza de un fósil desde el punto de
vista científico, razón por la que se le considera pionero de la anatomía y la geología moderna, y padre de la paleontología.
Y aunque con la descripción de la cabeza del tiburón blanco que él
disecciona, nos revela la verdadera naturaleza y el significado del glossopetrae, sin embargo no fue el
primero en identificar los fósiles como seres vivos.
Como casi siempre ocurre en la vida, hubo alguien antes. En este asunto Steno
tuvo predecesor y coetáneos ilustres, de los que les traigo una terna.
Da
Vinci, Hooke y Ray
Empiezo por el italiano Leonardo da
Vinci quien casi dos siglos antes, argumentó que los fósiles eran restos de
organismos que estuvieron vivos alguna vez. Lo hace en su obra Códice Leicester, siendo una de las
primeras personas en documentar los fósiles que encontraba en distintas rocas.
Y con los datos que extrae especula sobre el origen de las conchas marinas halladas
en las montañas, e interpreta el fenómeno de los fósiles como parte del mundo
natural que, en absoluto, nada tiene que
ver con restos de un supuesto acontecimiento bíblico.
Sin duda, a su entender, la Tierra
como planeta debía ser mucho más antigua que lo que la mayoría de sus
contemporáneos creían que era. Todo un detalle a tener en cuenta, dadas las
fechas que corrían.
De la misma opinión, sobre el origen animal de los fósiles, fueron los
contemporáneos de Steno, el controvertido
científico inglés Robert Hooke y el
también inglés pero naturalista John Ray,
al que algunos consideran padre de la historia natural británica.
Ninguno de ellos albergaba la menor duda sobre el origen biológico de los
fósiles.
De hecho Hooke, (¿qué palo no tocó este pequeño, inquieto e intrigante
hombre?) incluso apuntó que algunos de estos fósiles ya no vivían, como es el
caso de las amonitas, una subclase de moluscos cefalópodos extintos. Todo un
tiro especulativo por elevación.
Y de los trabajos de Ray hay constancia tanto en los trabajos elaborados
por el filósofo y teólogo británico William
Paley, el hombre asociado a la errada hipótesis de argumento teleológico,
conocida como Diseño Inteligente, y
que se ilustra por la analogía del relojero. Ya saben.
Como en los ejemplos de adaptación que Charles
Darwin toma de él, para ilustrar su teoría de la evolución y el mecanismo
de la selección natural que la sustenta. Creacionismo
versus Evolucionismo.
De solido intra solidum naturaliter contento
dissertationis prodromus
Tras dos años de preparación, en 1669, Steno
publica muchos de sus estudios geológicos en la que será su obra fundamental, ‘De solido intra solidum naturaliter
contento dissertationis prodromus’, o ‘Discurso preliminar a una disertación
sobre un cuerpo sólido naturalmente contenido dentro de un sólido’.
(Continuará)
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