(Continuación) Un ser virtual que depende, enteramente para sobrevivir, de
los cuidados que les dispensemos. Sin nosotros su muerte (virtual) es
inevitable.
¿Lo recuerdan, verdad? Pues en mi opinión DinoPet es como tener a Gusiluz
y Tamagotchi
juntos en una sola pieza. Te ilumina, aleja tus miedos nocturnos y acompaña tus
sueños pero, siempre hay un pero, a cambio tienes que cuidarlo.
¿Cómo se
cuida a DinoPet?
Lo primero que debemos saber de él es un detalle técnico. A diferencia de
los anteriores compañeros de cama citados (Gusiluz y Tamagotchi) que funcionan
con pilas, nuestro DinoPet no requiere de batería química alguna.
En concreto unos organismos unicelulares conocidos como dinoflagelados (de ahí lo de “dino”), transparentes
a la vista mientras el líquido está en reposo pero que si se les agita, a modo
de defensa frente a esa alteración de su entorno, emiten luz mediante un
fenómeno que se denomina bioluminiscencia.
Ergo, si nuestros nuevos amigos son seres vivos,
necesitarán como todos ellos alimento, energía solar y condiciones ambientales favorables
(agua, higiene, temperatura, etcétera). Y ahí es donde entramos nosotros.
Para mantenerlos en buen estado, basta con dejarlo durante el día a la luz,
cambiarle el agua (salada) de vez en cuando y añadirle unos nutrientes que se
venden como “comida de dinosaurio”. En fin.
Si lo hace así, cada vez que quiera tener luz bastará con “enfadarlo” un poco
agitándolo, y las algas brillarán
para nosotros. Lo que les dije, tener un DinoPet es como tener a la vez un Tamagotchi y un Gusiluz.
Una especie de “lámpara-mascota-planta” que, aparte de su función lumínica
podemos utilizarla para inculcar a los pequeños determinados valores, y de paso
algún que otro contenido de ciencia relacionado con la física, química,
biología.
Por ejemplo: ¿Qué son los dinoflagelados? ¿Por qué se iluminan? ¿En qué
consiste el fenómeno de la bioluminiscencia?
2 comentarios :
Alucinante, donde se puede comprar?
Bioluminiscente es como fluorescente?
Publicar un comentario