lunes, 16 de noviembre de 2015

Fullerenos y Sevilla

(Continuación) O en román paladino, la propia de los tubos de ensayo del laboratorio.

Trato de decirles que queda aún un largo camino investigador por recorrer.

Habría que seguir perfeccionando el sistema, antes de probar con modelos de infección de virus en animales de experimentación, empezando quizás con ratones. Más tarde habría que hacerlo con el virus del Ébola en humanos.

Lo que nos hace ver otro pero del cesto.

No todos los laboratorios están capacitados para trabajar en este sentido con un virus como el del Ébola. Ya me entienden. En realidad son más bien pocos los que existen en el mundo al tratarse, necesariamente, de centros de investigación con una seguridad de nivel 4.

Que no es un asunto menor. Por ejemplo en España carecemos de ellos.

Una cuestión de prioridad institucional, que ya que la nombro, aprovecho para decirles algo que aún no les he dicho. Las instituciones españolas que están implicadas en esta investigación.

Esperando no dejarme ninguna en el tintero, participan el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre i+12, de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Y también el Imdea Nanociencia (Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Nanociencia), con la participación de las universidades de Estrasburgo (Francia) y Namur (Bélgica) y el Instituto de Investigaciones Químicas, centro mixto del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Sevilla (US).

...Y Sevilla
Perdonen de nuevo la deriva geográfica, al aprovechar la circunstancia del centro investigador último y mostrar orgullo de patria chica.

Junto a la temporal -los descubrimientos del método antiviral y de la molécula de fullereno se produjeron en el mes de noviembre, solo que con treinta (30) años de diferencia- han venido a ser el desencadenante de esta terna de entradas.

Y para ir acabando, recojo algunas velas que he dejado desplegadas.

Una, la de las peculiaridades asociadas a esta molécula. Otra, la de su semejanza geométrica con un balón de futbol. Y estotra, la del origen del nombre de esta variedad alotrópica del carbono.




1 comentario :

estudiante de química dijo...

Espero que no tarde mucho en continuar estas serie de los fulerenos