viernes, 13 de noviembre de 2015

Gadget: Origen y uso del término (1)

(Continuación) Pero es tal el éxito de la expresión latina y son tantas las transformaciones que se leen sobre ella, que no me he podido resistir.

Un desliz que no pienso repetir ya que esta innovación me llevaría a construcciones como: “a vuela luna”, “a vuela blog”, “a vuela bitácora”, “a vuela voz”, “a vuela micrófono”. Y así sin solución de continuidad, demasiado volar quizás.

Vamos lo que se dice meterse en un jardín al que nadie te ha llamado, por lo que corto aquí.

Gaget, Gauthier & Cia
Y retomo donde lo dejé en la Gaget, Gauthier & Cia. Que como me imagino (a mí me pasó igual) no les sonará de nada, les apuntaré que fue la encargada de la fundición de la Estatua de la Libertad.

Ya les he escrito sobre ella así que ahora sólo les diré que al parecer -cercana la fecha de su inauguración en Paris (junio de 1884), y buscando publicidad junto a algo de ayuda financiera para el proyecto-, la compañía decidió realizar miles de reproducciones a pequeña escala, de la emblemática estatua.

La idea era que la gente la compraría bien como recuerdo o bien como motivo de adorno. Y no hay duda alguna de que acertaron. Fue el principio de una magnífica campaña de marketing y la causa de bautizar como “gadget”, a tan innovadora idea de la minúscula torre.

Y como nos dice el refrán, De aquellos polvos vienen estos lodos. Aclaro que lo utilizo en la acepción de relación causa y efecto, cuando la una es aparentemente poco importante y el otro, sin embargo, de mayor relevancia.

Diccionario y libro
En cualquier caso, y para que conste, el término gadget nació hace más de un siglo.

Un hecho que viene refrendado desde el mismo Oxford English Dictionary que basándose en fuentes anecdóticas, lo data con mayor antigüedad pues lo hace en la década, nada menos que de 1850.

Posiblemente derivándolo de un par de términos francófonos: gâchette, una especie de mecanismo de cerradura y gagée, sinónimo de herramienta.

Cogido esto que les digo con pinzas, que en estos terrenos no suelo desenvolverme bien. O me resbalo y me caigo, o me pierdo y no sé a dónde llego.

Con posterioridad, la primera aparición literaria impresa del término data de 1886 y lo hace en el libro Spunyarn and Spindrift, del escritor británico Robert Brown.

En él se relata un curioso significado para el mismo pues, supuestamente, lo empleaban los marineros para referirse a todo objeto cuyo nombre no recordaban en ese momento ¿No les parece realmente curioso?

Me gusta este origen proveniente del campo de la navegación.

Y como bien saben no fue el último pues el uso de la palabra, si bien con otros significados, se ha mantenido con suerte desigual hasta nuestros días, pasando para ello naturalmente por el siglo XX.

Gadget en el siglo XX: Psicología y Física nuclear
Sorprendentemente, en el pasado siglo, el término adquiere significado en el específico campo del psicoanálisis.

Lo hace de la mano del psicoanalista francés Jacques Lacan (1901-1981), quien durante la segunda mitad del siglo, lo emplea con un significado que no hace al caso aclarar aquí y por varios motivos.

Uno de ellos es porque no deja de ser un retorno freudiano, que es más o menos lo que vienen a representar sus aportaciones e hipótesis más o menos científicas.

Ya saben que no me gusta el tal Freud, ni las consecuencias que de sus pensamientos se derivan, como sin ir más lejos es el caso de la perspectiva lacaniana, en la que por supuesto no voy a entrar. (Continuará)




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