Una. Ya les he contado que fue uno de los santos más populares, y ahora les añado que lo fue no sólo en Europa, por su amor y dedicación a los pobres y necesitados, sino también en América Latina.
Prueba de lo que les digo es que en ese continente algunas poblaciones llevan su nombre y así, existe la ciudad de San Martin en California, Estados Unidos de América. Es patrono de Buenos Aires en Argentina, entre otras ciudades. Y en México, lo es de Acayucan, San Martín Texmelucan y Tixtla de Guerrero.
Sin contar que no sólo es muy venerado en todo el mundo, sino que tiene bajo su patronazgo a miles de parroquias a lo largo de Europa y América Latina.
Dos. A él se debe la fundación del primer monasterio en Europa, el de San Martín de Ligugé, con fecha conocida y documentada.
Tres. San Martín está considerado como el primer santo no mártir con fiesta litúrgica. Una circunstancia no muy frecuente en su época y que habla de la influencia de su figura en la sociedad civil y religiosa.
Leyenda de la “medio capa”
Cuatro. Naturalmente es el protagonista de la leyenda del buen tiempo y el mendigo, que les completo ahora. Por lo que cuentan, al poco tiempo de morir, aquella se extendió por medio mundo que es una forma de hablar pero que debió ser lo suficiente como para que, hoy día el “Veranillo de San Martín” sea conocido prácticamente en todas partes, si bien con nombres diferentes.
Por ejemplo ya que lo hemos citado, en los Estados Unidos a ese periodo de buen tiempo se le conoce como ‘Indian Summer’ o “Verano Indio”. Que no tiene nada que ver con la leyenda que les conté, pronto hará seis (6) años, sobre una predicción meteorológica en los EEUU.
Era india, estaba relacionada con el otoño y esa se las conté en clave de humor.
Lo que no termina de estar claro o a mí se me escapa, es en qué momento de la historia humana la leyenda del buen tiempo de la segunda década de noviembre se incorpora a la memoria popular de la mano del santo y su media capa.
Hasta donde sé no está determinada aunque sí se me consta que se remonta a tiempos antiquísimos.
Capilla, ¿proviene de la medio capa de San Martín?
Es la quinta y última pincelada.Si le echamos una mirada al diccionario, veremos que entre la docena larga de acepciones que tiene la entrada capilla podemos leer que deriva del latín medieval capella con los significados de: “trozo de la capa de S. Martín”, “oratorio con esta reliquia”, “oratorio”, “capilla”.
Es decir que hace referencia tanto al objeto al que rezar como al lugar donde hacerlo.
Y sobre la unión en el mismo término de los dos significados, lugar de culto y trozo de la capa santa, existen varias creencias. Una de ella dice que podría provenir de una antigua costumbre militar de los reyes de Francia.
Se la cuento.
Al parecer en aquella época los monarcas franceses solían llevarse la capella de San Martín durante sus campañas militares; es de suponer que para lograr el amparo de Dios en la contienda y la colocaban en la tienda real donde le rezaban.
De modo que es fácil imaginar la situación en la que, unos militares antes de entrar en batalla, dicen algo así como: “Vamos a orar donde está la capella”, es decir, la media capa.
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