lunes, 22 de diciembre de 2025

Invierno 2025-26: Inicio astronómico (3)

(Continuación) Siguiendo con las estaciones, les hablaba al principio de una circunstancia temporal que comparten todas, la de durar justo lo que tarda en llegar la siguiente. Y también de otra, de naturaleza espacial, la del origen físico de su existencia y sobre la que existe una idea equivocada de ciencia popular y, por desgracia, demasiado extendida.

Ciencia popular frente a ciencia académica

Una según la cual las estaciones se deberían a la forma elíptica de la órbita, una trayectoria que alejaría y acercaría al planeta del astro, en su movimiento de traslación, y motivo por el que algunos piensan lo siguiente.

Durante el verano hace más calor porque estamos más cerca del Sol, es decir próximo al perihelio, y durante el invierno más frío porque estamos más lejos del Sol, o sea próximo al afelio. Una idea que es ciencia popular, lógica hasta cierto punto, pero equivocada por ser científicamente errónea.

Equivocada de toda equivocación porque en realidad sucede todo lo contrario, en invierno estamos más cerca del Sol y sin embargo sentimos frío, mientras que durante el verano estamos más lejos y sin embargo sentimos calor. Toda una paradoja.

Y es que la verdadera causa de la existencia de las estaciones se encuentra en la combinación de tres factores: el movimiento de traslación, el movimiento de rotación y la inclinación de 23,5 º del eje de giro del planeta, prácticamente constante a lo largo de un año, con respecto a la perpendicular a la órbita elíptica plana.

Si no existiera esa inclinación y el eje de giro fuera perpendicular a la órbita elíptica plana no existirían las estaciones, ya lo hemos enrocado en alguna que otra ocasión.

Observación nocturna invernal del cielo: satélite y planetas

En general, para cualquier estación y época del año, a la hora de mirar algún fenómeno astronómico de interés, sea predicho (como los eclipses) o no (como los cometas nuevos), aparte de hacerlo con las precauciones adecuadas es preferible, por razones obvias, llevarlas a cabo en fechas cercanas a la luna nueva o novilunio, un fenómeno celeste que tendrá lugar el 18 de enero, el 17 de febrero y el 19 de marzo de 2026.

En estas fechas digo, salvo que sea la propia Luna lo que pretendamos observar, claro; en este caso lo haremos en luna llena o plenilunio, de la que tendremos la primera de esta estación invernal el 3 de enero, dándose las siguientes 29 o 30 días después como ocurre con todas, es decir el 1 de febrero y el 3 de marzo de 2026.

En lo que respecta a los planetas solares y su visibilidad durante este invierno, podremos ver al anochecer al planeta Saturno, al que se unirá Júpiter a comienzos de enero, y Venus a partir de mediados de febrero.

A medida que pasen los meses, Saturno se irá acercando al Sol desapareciendo del cielo vespertino al inicio del mes de marzo. Y en lo que le concierne, Mercurio hará su aparición en el cielo vespertino a lo largo de febrero.

El cielo al amanecer, por otra parte, comenzará el invierno con Júpiter y Mercurio visibles. Este último desaparecerá del cielo matutino a comienzos de enero, y reaparecerá a mediados de marzo, mientras que el planeta gigante dejará de verse a mediados de enero.

Observación nocturna invernal del cielo: eclipse, lluvia de meteoros y constelaciones

A lo largo de esta estación se producirán dos eclipses, uno, el 17 de febrero, anular de Sol visible desde la Antártida, océano Antártico y sur del océano Índico, y otro, el 3 de marzo, total de Luna que se verá desde América, este de Asia y Oceanía; ninguno de los dos será visible desde España. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 


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