(Continuación). Con un nombramiento de alguacil mayor para las nuevas tierras le acompañaban en esta ocasión su mujer, hijos y dos esclavas, y entre los trescientos hombres que iban en los bergantines, un soldado llamado Francisco Pizarro.
Desgraciadamente
en este viaje de la Cosa perdió su vida, en la entonces bahía de Calamar
cerca de la actual y colombiana Cartagena de Indias, el 28 de febrero de 1510
durante un enfrentamiento armado con indígenas, al defender la retirada de
Ojeda.
Así pereció el gran
marino, explorador experimentado, excelente cartógrafo, buen geógrafo, y
observador atento que fue ojos y oídos de Isabel la Católica y de quien Fray Bartolomé de
las Casas, hombre del que sabemos fue poco dado a los elogios, dejó por
escrito: “Juan de la Cosa, vizcaíno, que por entonces era el mejor piloto
que por aquellos mares había”. O sea.
“La broma”
Fue también un hombre clave en la divulgación del conocimiento de su tiempo, como lo prueba la relación detallada que dejó de algunos de los avatares acaecidos durante las expediciones y que resultarían de especial interés para viajes posteriores.
Es el caso de los
datos que aportó sobre el problema de “la broma”, nombre que se dio a un
gusano marino que carcomía el casco de madera de las naves (se alimenta de
ella) y que históricamente fue una plaga al causar daños que llegaban a
hundirlos como le ocurrió a Cristóbal Colón en su cuarto viaje.
Se estima que su
destrozo e ingesta de madera produjo el hundimiento de más barcos que la propia
piratería, las tempestades o las batallas navales; es probable que su peculiar
nombre, “broma”, provenga de forma sarcástica del “problema” que creaba en los
buques de la época este molusco.
Porque a pesar del denominarlo gusano marino, en realidad se trata de un molusco bivalvo alargado (Teredo navalis) de hasta 20 o 30 cm de longitud, de ahí su apariencia de gusano, procedente de las aguas del Caribe. Una especie de termitas marinas que entre los siglos XVI y XVIII se combatió recubriendo los cascos de materiales como el metal cobre (Cu).
Carta o mapa de Juan de la Cosa, 1500. Más detalles
Pero sobre todo su
aporte cultural sobresale, y de forma destacada, la confección de su mapamundi,
el primero del continente americano que sería de importancia capital para la
navegación y otros menesteres como fue, solo lo cito de pasada, el Tratado
de Tordesillas.
La carta fue una
referencia obligada en el estudio del desarrollo de la cartografía y la
representación del mundo pues no en vano fue realizada solo ocho años después
de la llegada a América, y por alguien que había sido protagonista directo de muchos de los
descubrimientos que reflejaba. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue publicado el 20 de octubre de 2025, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.
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