(Continuación) Seguimos con la “manita de fragancias matemáticas”.
4. Emmy Noether (1882-1935). Reconocida por sus innovaciones en álgebra superior, esta mujer alemana dejó una profunda influencia tanto en física teórica como en álgebra abstracta, campos en los que sus investigaciones siguen siendo fundamentales.
Emmy estudió
matemáticas en la Universidad de Erlangen doctorándose en 1907 con una
disertación sobre invariantes algebraicos y en 1915 David Hilbert y Felix
Klein la invitaron a integrarse en la Universidad de Gotinga para examinar
las bases matemáticas de la teoría de relatividad general de Albert Einstein.
A pesar de la resistencia institucional existente al hecho de que una mujer enseñara en la universidad, impartió clases como sustituta en la sombra de Hilbert y no fue hasta 1919 que logró su admisión oficial como profesora académica.
A partir de 1927, Noether se concentró
en álgebras no conmutativas, sus transformaciones lineales y su aplicación a
cuerpos numéricos conmutativos, siendo de 1930 a 1933 el centro de la actividad
matemática en Gotinga, una situación que cambió el último año con el ascenso del nazismo al poder
y la destitución de su cargo.
Con posterioridad impartió clases en el
Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, Nueva Jersey, tras su muerte
Einstein escribió: ‘Noether fue el genio matemático creativo más
significativo producido hasta ahora desde que comenzó la educación superior de
las mujeres’.
5. Alicia Dickenstein (1955). Nacida en Buenos Aires, por cierto, el mismo año del fallecimiento de Einstein, es una matemática, investigadora y profesora argentina conocida por su trabajo en geometría algebraica, particularmente geometría teórica y, desde hace unos meses, la primera mujer presidenta de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Argentina.
Referente mundial en su disciplina, se dedica a la investigación en matemática pura movida por un entusiasmo constante por el conocimiento e impulsada a su vez por un lema “Pensar es un placer”.
Dickenstein
intenta cambiar la percepción que sobre las matemáticas tienen, en especial,
las jóvenes; su objetivo no es otro que el de alentarlas a que sigan su
vocación cuando quieran dedicarse a las disciplinas STEM (siglas en
inglés para el conjunto de áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y
matemáticas) como una elección de vida profesional. Algo nada fácil.
“La matemática es mucho menos abstracta de lo que parece, no se trata sólo de cálculos, es tratar de comprender cuáles son las estructuras que están detrás de lo que vemos...”.
Es más que evidente mi error
al proponerle solo una “manita” de mujeres matemáticas, dadas sus numerosas y
significativas contribuciones a este campo de conocimiento, un craso error si
pensamos en la enorme influencia de la francesa Sophie Germain
(1776-1831), la británica Ada Lovelace (1815-1852), la estadounidense Grace Hopper (1906-1992), la afroamericana
Katherine Johnson (1918-2020) o la iraní-estadounidense Marian
Mirzakhani (1977-2017).
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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