(Continuación) Un cambio de ubicación para este prontuario digital sobre la vinculación del santo de Hipona con la ciencia pasando de la plaza del siglo XV, allá en la sevillana Puerta de Carmona, a un centro educativo también extramuros entonces pero aún más que ella.
Un centro que después de algún que otro traslado y tras
posteriores reformas, desde 1976, se encuentra en la zona este de la ciudad; en
concreto en la calle Salto de Alvarado con 773 m de longitud y comprendida
entre la avenida Santa Clara De Cuba y la calle Conde de Osborne, por si no cae,
estamos en la barriada de Santa Clara (41007) del distrito San Pablo-Santa Justa.
Si por si se le ha venido a la memoria -señal de que
tiene ya una edad, perdone que se lo diga- se trata de la misma que de jóvenes
conocíamos como “barrio de los americanos”, una especie de colonia
estadounidense que fue residencia de militares, exmilitares y personal de las
bases cercanas, especialmente de Morón.
Pues bien sepa que el actual centro educativo ocupa las mismas instalaciones (reformadas y ampliadas, claro) que sirvieron para los hijos de los estadounidenses.
Por rematar la información de la orden agustiniana, su primera
fundación en Sevilla fue el citado convento de San Agustín, donde hoy se
encuentra la plaza homónima, y la siguiente fue el convento de San Acacio
(siglo XVI) que se levantó en la calle Sierpes y cuyos restos forman parte del
actual edificio del Real Círculo de Labradores, que ya ha hecho su aparición
en estos predios.
Evolución
biológica y el padre de la Iglesia
Es casi un oxímoron científico para la época, la primera parte del subtítulo, pero la vida tiene estas cosas, y resulta que la particular idea evolucionista biológica del obispo de Hipona ya se encuentra en su otra obra importante, La ciudad de Dios (412-426).
Donde manifiesta que el Creador bien pudo servirse de seres inferiores para crear a partir de ellos al hombre tras infundirle el alma, ¿mediante un soplo de aliento divino en la nariz?
Vaya con el santo y lo que pensaba hace nada menos que dieciséis
siglos, lo digo porque venía a decir que, a pesar de la existencia de Dios, no
todos los organismos vivos han salido de Él directamente, algunos pueden provenir
de variaciones evolutivas en otras especies ya existentes. Ojo a la causa y más
aún a la procedencia, que tras esos detalles suele andar el diablo, ¿o es Dios?
Recordar aquí que, en Sevilla, tras el darwinismo hubo
notorios personajes, unos a favor y otros en contra, que cuentan con reconocibles
reconocimientos callejeros, entre los que ya le adelanto al propio Charles Darwin,
Mateos Gago, Fray Ceferino González, Antonio Machado Núñez o
Juan Pablo II. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue publicado el 24
de febrero de 2025, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario
digital Sevilla Actualidad.
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