(Continuación) Y seguimos en la misma ubicación callejera y con el listado más o menos de sus inventos, entre otros: el cauterio, un instrumento especial para la cauterización de las arterias, método que Abulcasis sustituyó por el uso de la ligadura para el control del flujo sanguíneo en las arterias; el fórceps, que ideó para la extracción del feto en los partos.
El algodón, utilizado como tejido médico para
controlar las hemorragias; el bisturí en las litotomías, que contaba con
dos bordes cortantes para llevar a cabo la primera extracción de piedras en la
vejiga.
O el catgut, un material cuyas hebras se obtenían del intestino del gusano de seda y al que recurría para las suturas internas, al percatarse de que era la única sustancia natural capaz de disolverse y ser asimilada por el cuerpo; ni que decirle tengo que todavía se emplea en la cirugía moderna.
Por no cansarle le cito tan solo otros instrumentos “abulcasienses”: la aguja de sutura, el bisturí, la cureta, el retractor, la cuchara quirúrgica, la sonda, el gancho quirúrgico, los estilos quirúrgicos o el espéculo. Una maravilla de ingenios quirúrgicos.
Pero la formación del andalusí también era química, de ahí que mostrara interés por aspectos más, digamos, cosméticos, llegando a inventar: un desodorante para la axila, el antepasado del actual stick en roll-on, preparado a través de una técnica de enrollado y prensado del producto en moldes; los bastones depilatorios, algo parecido a las modernas cuchillas de afeitar; la crema de manos; o los tintes capilares para cambiar el color del pelo.
El pintalabios sólido, una mezcla perfumada e
introducida a presión en unos moldes; un sucedáneo de nuestro spray nasal;
productos para el cuidado del cabello y modificar su apariencia (rizado
o liso); una crema solar y otras ideas más que seguro olvido, y de las
que describía sus ingredientes y beneficios.
Además, elaboró unos medicamentos para el tratamiento de la epilepsia y las convulsiones; un remedio para la halitosis que produce comer ajo o cebolla, sugiriendo contrarrestarlo al masticar canela, nuez moscada, cardamomo u hojas de cilantro; un tratamiento para la gripe común a base de alcanfor, almizcle y miel, sí nuestro Vicks VapoRub de toda la vida.
Algunos métodos para fortalecer las encías, blanquear los
dientes o llevar a cabo un enjuague bucal; y el uso médico y estético de los
aceites minerales en piel, cabellos, etcétera. En otro orden de asuntos, pero
en la misma línea higiénica y salutífera, recomendaba curiosas costumbres.
Que tras lavar la ropa se colocara en una habitación
llena de incienso o perfume, para que su fragancia la impregnara; y, una más, a
Abulcasis debemos la costumbre que ha perdurado hasta nuestros días de
llevar flores a los enfermos cuando se va a visitarlos al hospital.
Un
médico ético
Por muchos está considerado como el auténtico maestro y promotor de la ética médica pues entre otras consideraciones él destacaba la importancia de ciertos aspectos. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras
en negrilla y cursiva, si desean ampliar información
sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue publicado el 11
de noviembre de 2024, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario
digital Sevilla Actualidad.
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