[Esta entrada apareció publicada el 08 de noviembre de 2024, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Es como se conoce a la epístola de página y media manuscrita en alemán por el físico relativista judío Albert Einstein (1879-1955) y dirigida hace algo más de setenta años, 3 de enero de 1954, al filósofo judío alemán Eric Gutkind en respuesta al envío de su libro Choose Life: The Biblical Call to Revolt (Elige la vida: el llamado bíblico a la subversión) publicado en 1952 y pidiéndole su opinión sobre el mismo.
Un ejemplar que el genio leyó
medianamente forzado por petición del matemático y filósofo holandés L.E.J.
Brouwer, de los más grandes matemáticos del siglo XX y uno de los
fundadores de la topología moderna. Un libro cuyo contenido viene a ser una
reinterpretación del judaísmo tradicional muy seguida entonces por estudiantes
insatisfechos de la indefinición tanto del liberalismo como de la ortodoxia y
que buscaban algo más concreto a lo que asirse.
Una respuesta que no se hizo esperar y donde dejaba clara su postura hacia la religión porque, más que la novedad de lo expuesto -el genio ya había expresado con anterioridad negro sobre blanco sus preocupaciones y sentimientos religiosos-, lo que realmente llama la atención del contenido de esta misiva es la claridad con la que se expresa acerca de las creencias religiosas y, cómo no, el libro en cuestión.
Por ser breve, y desde mi prescindible
opinión, aparentemente el libro apenas le gustó y Einstein fue
inequívoco en su crítica; un texto por otro lado que, en diferentes revistas,
ya había sido reseñado en estos términos: “el alma judía es perfecta,
intelectual y espiritualmente”, “inspirado genuinamente por la tradición judía”,
“Gutkind
encuentra la salvación para el hombre moderno en el espíritu judío” o “desafía
a una generación decepcionada a que ‘prepare el mundo para el reino de Dios’”.
Precaución, hay palabras que las carga el diablo y, como sabemos, éste anda siempre en los detalles, ¿o es Dios quien está? En cualquier caso, y por si acaso, pienso que es el motivo por el que el físico deja ya al comienzo de la carta, meridianamente cristalina su reflexión sobre el libro: ‘Estimado Mr. Gutkind. Inspirado por la insistencia de Brouwer, he leído buena parte de su libro, y le agradezco mucho habérmelo enviado. Respecto a nuestra actitud de hecho ante la vida y hacia la comunidad humana tenemos mucho en común.
Su ideal
personal, desde los deseos del ego hacia la libertad, de cara a hacer de la
vida algo bello y noble, y con un énfasis en los elementos puramente humanos,
nos une en lo que podríamos llamar la “actitud estadounidense”. Aun así, es
probable que, sin la sugerencia de Brouwer, nunca me hubiera encontrado a mí
mismo tan intensamente comprometido con su libro, porque parte de su lenguaje
es inaccesible para mí’. (Continuará)
ÍNDICE
No hay comentarios :
Publicar un comentario