(Continuación) En el aséptico criterio del orden alfabético expositivo viene a escena el Premio de botánica concedido por la supuesta demostración experimental de que las plantas pueden ver, como lo lee. Tras ella dos científicos piensan que puede ser una hipótesis plausible para explicar el fenómeno que experimentaron y por el que se pusieron manos a la obra hace unos cuatro años.
Premio de Botánica
Los botánicos Jacob White y Felipe Yamashita se
plantearon demostrar que algunas plantas naturales intentan imitar la forma de las
hojas de, incluso, plantas artificiales (plástico o tela) cercanas a ellas, entre
ellas la enredadera chilena Boquila trifoliolat Planteado y hecho, hecho y escrito.
Defienden su trabajo en el artículo ‘Boquila
trifoliolata mimics leaves of an artificial plastic host plant’ publicado en
la revista Plant Signaling & Behavior, 2021.
En realidad, la idea ya fue investigada con esta misma enredadera, un bejuco sudamericano, en 2014, mostrando el sorprendente descubrimiento de que podía cambiar la forma de sus hojas para que imitasen a las hojas de otras plantas de su entorno ¿Por qué lo hace? ¿a través de qué mecanismo la perciben?
Son preguntas sin respuestas de entonces a las
que una década después nuestros botánicos se la han intentado encontrar, la verdad
no con mucha suerte, pero sí con algo de ingenio. Sobre el porqué no tienen aún
ni la menor idea, esa es la verdad, pero sobre el cómo estas plantas ven a las otras
ellos aportan esta fascinación: podrían tener ocelos foliares que le
permiten “ver”.
Partiendo de esa hipotética visión de la planta y para descartar un intercambio de sustancias volátiles entre ellas, mecanismo que sí es factible, los galardonados recurrieron a plantas de plástico que no emiten sustancias algunas, y a unas estanterías opacas.
Dispusieron cuatro macetas con plantas de esta
enredadera frente a una ventana soleada y delimitaron tres regiones en altura mediante
estanterías. En la más baja están las enredaderas en sus macetas, en la intermedia
junto a estas está también una vid artificial con muchas hojas de plástico,
y en la superior las enredaderas y unas pocas hojas de plástico.
Para la elección de las características morfométricas de las hojas utilizaron un programa de ordenador para el reconocimiento y análisis de imágenes de hojas, y los resultados obtenidos fueron los siguientes. Aunque la imitación no es perfecta, se puede observar que las diferencias entre las hojas miméticas y no miméticas son notorias tanto en la forma como en el patrón de venación.
Respecto a la primera, las hojas no miméticas (A) muestran tres lóbulos, mientras las hojas de plástico (C) solo tienen un lóbulo alargado; las hojas miméticas muestran un único lóbulo (B), aunque más ancho, si bien a veces pueden mostrar dos lóbulos (D).
Y a la segunda, también cambian los
patrones de venación de las hojas ya que las miméticas tienen redes vasculares
menos densas, hebras vasculares más delgadas y un menor número de venillas de
terminación libre; como si intentaran imitar las hojas de plástico que carecen de
venación.
Bueno pues le dejo, ¿puede “ver” esta enredadera a sus vecinas? ¿tiene ocelos foliares específicos en sus hojas? (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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