domingo, 14 de mayo de 2023

Desmontando ‘Casablanca’: ¿Cine eterno?

(Continuación) Y más allá de las artes, en el otro extremo de las humanidades que constituyen las ciencias, 1985, es el año en el que se descubren los fullerenos, sustancias simples formadas moléculas de carbono, C.

Con diferentes formas geométricas (esfera, elipsoide, tubo o anillo) están constituidos por diferente número de átomos de carbono (20, 60, 70, 540) siendo el primero en descubrirse el C-60 constituido de 12 pentágonos y 20 hexágonos; es el más conocido pues se asemeja a un balón de futbol, en puridad es un icosaedro truncado.

Recordar que los fullerenos son la tercera forma molecular estable conocida de carbono, tras el grafito y el diamante, y por ellos Harold Kroto, Robert Curl y Richard Smalley compartieron el Premio Nobel de Química en 1996.

¿Cine eterno?

En interrogativa porque anterior al escrito del alessandrino y como secuelas del mítico film ya se habían estrenado alguna que otra, entre ellas: la pésima Caboblanco dirigida en 1980 por J. Lee Thompson; Sueños de un seductor (en inglés Play It Again, Sam) de 1972 escrita y protagonizada por Woody Allen y basada en su obra de teatro de Broadway Tócala otra vez, Sam de 1969; y la excelente Habana (1990) de Sydney Pollack.

Desde entonces, y a pesar de estos tiempos que vivimos en los que todo se repite, nadie se ha atrevido a rodar una continuación. Y eso que en los años 70 el filme alcanzó quizás su etapa de máximo prestigio, gracias a la modernidad que adquirió la figura de Rick Blaine como defensor de causas perdidas marcado por la fatiga de vivir.

De hecho, en 1974, la Warner planteó a François Truffaut la posibilidad de un remake y el director entendió que era un proyecto irrealizable, “La mayoría de los actores se sentirían tan intimidados como yo. No puedo imaginar a Belmondo o a Catherine Deneuve dispuestos a ponerse en la piel de Bogart e Ingrid Bergman”. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

1957, reestreno y Sputnik 1

Si bien en el momento de su estreno, crítica y público celebraron la cinta, no es menos cierto que no se puede hablar de un éxito espectacular como el que tuvo después, y es que Casablanca entró en la posteridad vinculada a un reestreno.

El que tuvo lugar el 21 de abril de 1957 en el Brattle Theater de Cambridge, Massachusetts, que decidió reprogramar la película tres semanas al año en unas sesiones a las que asistían masivamente estudiantes de Harvard y otras universidades.

Y por lo que está documentado, la joven audiencia no tuvo problemas para identificar a Rick, el personaje interpretado por Bogart, con la literatura de Hemingway y con el espíritu de la ‘Generación Perdida’. Dos circunstancias que pusieron en valor, el modelo ético de la cinta y, en órbita, a la misma película. (Continuará)

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