- ¿Qué opina usted de la teoría de la relatividad de Einstein?
- Francamente, don Zenón, no la entiendo...
- Pero, ¡hombre de Dios! Si es más clara que la luz de
las ‘Eléctricas Reunidas’, más clara que el agua del Canal...
- Caray, don Zenón, pues vaya una claridad....
Sin duda un más que entendible humor sobre una no tan
entendible ciencia relativista.
Influencia einsteniana
en la ciudad
El caso es que Einstein en Zaragoza, como en otras
ocasiones y ciudades, contó con un nutrido grupo de admiradores no científicos,
que asistieron masivamente a sus conferencias con el mismo fervor que cualquier
fan sigue hoy a un cantante u otro tipo de ídolo de masas.
Todo el mundo sabía quién era, aunque apenas un reducido grupo
de personas entendía qué había descubierto y de qué hablaba ese sabio que,
según El Heraldo de Aragón: “por el desgaire simpático de su traza y por
su hermosa cabeza de revueltos cabellos grises, más que un pensador germano
parece un artista latino”.
De la pizarra y
los reconocimientos
Claro que también está el controvertido asunto de la pizarra
donde el genio desarrolló los contenidos de sus conferencias y que los organizadores,
por razones obvias, quisieron conservar cuidando de que no se borraran como por
desgracia había ocurrido en Barcelona. En otra ocasión se lo cuento.
En lo relativo a los reconocimientos de la ciudad, la
Universidad recuerda con una placa en el Aula Magna del Paraninfo sus
conferencias y el Ayuntamiento puso su nombre a una calle del polígono de
Cogullada. Y recientemente, con motivo del centenario de su visita, se ha
inaugurado un monumento en la parte exterior del puente de Zaha Hadid. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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