[Esta entrada apareció publicada el 10 de junio de 2022, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Según el campo de la ciencia desde el que se hable, existen dos tipos de verano diferentes por así decirlo. Por orden de aparición el primero y quizás el que menos le suene, es el verano meteorológico que empezó a las 00:00 (horario peninsular) del pasado miércoles 1 de junio y durará hasta las 24:00 del 31 de agosto (junio, julio y agosto).
Así que cuando esta columna se publique, estaremos ya en el
décimo día de la cuenta atrás estival del período más cálido del año, con una
duración de tres meses completos de calendario y que, como todos los estíos
meteorológicos, comprende 92 días. Por cierto, a las estaciones meteorológicas
también se las denominan estaciones climatológicas, aunque, ¿se pueden
emplear indistintamente los adjetivos climatológicos y meteorológicos? ¿es lo
mismo tiempo y clima?
Para el segundo, el verano astronómico, quedan aún unos días pues en este Año del Señor 2022 y en nuestro hemisferio norte, según datos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) no dará inicio hasta a las 11:44 (horario peninsular) del próximo martes 21 de junio, justo en el instante en el que tiene lugar el solsticio de junio.
Es el instante en el que el Sol alcanza su mayor elevación sobre el horizonte al mediodía y alrededor del cual se produce el día con más horas de luz solar, vamos que el del solsticio de junio es el día más largo del año. Un verano astronómico que acabará a las 3:04 (horario peninsular) del viernes 23 de septiembre, con el equinoccio de septiembre, por lo que durará, si contamos los días ‘incompletos’ del 21 de junio y el 23 de septiembre un total de 95 días ¿Y por qué diferenciamos entre una y otra?
El motivo guarda relación con algunas ciencias atmosféricas como la Climatología y la Meteorología, en las que las estaciones meteorológicas se rigen por el ciclo de la temperatura anual, mientras que las estaciones astronómicas se basan en la posición de nuestro planeta en relación al Sol. Por ellas sabemos que, según la inercia de la atmósfera, el día del solsticio no coincide con el momento más cálido del verano, ya que éste suele llegar unas tres semanas después, aproximadamente entre el 15 de julio y 15 de agosto.
Es el periodo en el que la temperatura
media empieza a estar en su máximo, cuando consideramos que estamos a mediados
del verano y, por ende, en el ecuador del verano meteorológico. De ahí que este
estío comprenda a los meses completos de junio, julio y agosto dado que sus
comportamientos, desde este punto de vista, sean más similares entre sí. Le
dejo con nuestro fullero refranero popular, ‘Cuando viene la golondrina, el
verano está encima’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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