(Continuación) Y como suele suceder, del célebre brindis hay distintas versiones, siendo quizás la más difundida ésta: “Tengo el gusto de brindar la muerte de este toro a don Manuel Lozano Sevilla que es el trincón más grande y más sinvergüenza que ha habido nunca en la crítica taurina… Si quiere el dinero de los toreros póngase el vestido de torear y deje de robarnos…”. No se pudo oír más.
Pero lo cierto es que tampoco hace falta, y en cualquiera
de los casos poco importa pues, con semejante brindis, el maestro acabó con el
sobre y, de paso, con el sobrecogedor de referencia. Años después el valiente,
pundonoroso y locuaz y matador, en una entrevista explicaba a su manera el
porqué de este polémico brindis.
La entrevista
“A Lozano Sevilla le pagábamos los toreros del momento dos millones de pesetas por temporada, para que nos pusieran bien. Pero por lo visto al señor le parecía poco y un día apareció el niño, su hijo, que era un chico muy guapo que se pasaba las horas muertas jugando en el casino, y me dijo que su padre quería más dinero. Bueno, dije, a la vuelta de América hablamos.
Pero mira por dónde a mi regreso me entero de que la
información que había dado de mi temporada americana nada tenía que ver con lo
sucedido. A veces incluso ni me nombraba después de cortar las orejas. Así que
le hice saber que ni un duro más. Y empezó a darme leña.
Esa tarde de la que hablamos, aprovechando que
estaban las cámaras de TVE, le dije que si quería dinero de los toreros se
pusiera el vestido de torear y que dejara de robarnos ¡Nos exigía cuatro
millones a los de primera fila! Franco lo apartó de inmediato. Lozano me puso
una querella, pero como tenía pruebas gané el juicio”. En fin, nada nuevo bajo el sol, que citó el clásico.
Acerca de TVE
Le apuntaba en la entrega anterior las limitaciones técnicas de la corrida televisada en 1968 y es que no hacía ni trece años que TVE había empezado a emitir de manera regular.
Tras unos años de
pruebas -ya en 1948 se llevaron a cabo las primeras emisiones en la XVI
Feria Internacional de Muestras de Barcelona y, desde 1950, las emisiones
experimentales a cargo de la Dirección General de Radiodifusión-, no fue hasta el
28 de octubre de 1956 cuando saltaron al aire las ondas electromagnéticas
de la primera emisión oficial de Televisión Española.
Eran los tiempos de la televisión en blanco y negro,
dos únicos canales y un número escaso, escasísimos, de espectadores, lo digo por
‘echar un capote’ (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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