(Continuación) Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) médico e investigador
español, Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1906.
· O se tienen muchas ideas y pocos amigos o muchos
amigos y pocas ideas.
· A nadie cuesta más que a aquel que mucho desea.
· El arte de vivir mucho es resignarse a vivir poco
a poco.
· Unas veces nos amamos porque nos conocemos, y
otras, acaso las más, nos amamos porque nos ignoramos.
· La gloria, en verdad, no es otra cosa que un
olvido aplazado.
· El hombre es un ser social cuya inteligencia exige
para excitarse el rumor de la colmena.
· Las perezosas células cerebrales solo encienden su
luz -inspiración- bajo el látigo de las emociones penosas.
· Lo peor no es cometer un error, sino tratar de
justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra
ligereza o ignorancia.
· Nada me inspira más veneración y asombro que un
anciano que sabe cambiar de opinión.
· Como hay talentos por el estudio, hay tontos
entontecidos por desuso.
· El ‘Homo sapiens’ posee un cuerpo pacífico y un
cerebro belicoso.
· Observar sin pensar es tan peligroso como pensar
sin observar.
· La Naturaleza nos es hostil porque no la
conocemos: sus crueldades representan la venganza contra nuestra indiferencia.
· Vivimos en un país en que el talento científico se
desconoce a sí mismo.
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