(Continuación) Un erudito que, ya en el siglo XV, defendió la importancia del conocimiento de la lengua como fundamento en el que se basan religión, derecho, política, convivencia, artes o ciencias, es decir, todos aquellos saberes que hablan y dicen de nuestra humanidad.
Pues son propias del hombre en cuanto que es hombre, unas humanidades entendidas como una suma de artes, ciencias, religión, etcétera.
Pero, a qué negarlo, Nebrija es un sabio eclipsado
por uno de sus libros, el que le catapultó a la eternidad, su Gramática
castellana de 1492 (ojo a la fecha), la primera de una lengua europea
moderna. Sin embargo, como buen humanista, su labor no quedó ahí y también se
dedicó a otros campos del saber.
Para hacernos una idea de esta ingente labor, sirva la parrafada no completa de inquietudes nebrisenses: lingüista, gramático, lexicógrafo, traductor, exégeta bíblico, científico, docente, catedrático, escritor, poeta, historiador, cronista real, pedagogo, impresor o editor.
La obra
científica de Nebrija
Adelantar que, independiente del campo en el que
trabajara, el rigor con el que lo desarrolló fue siempre lo que hoy
asociaríamos con el método científico, nunca especulativo, de impostura
o pseudocientífico. Su inquietud le llevó a estudiar y publicar trabajos en
campos tan dispares como historia, pedagogía, matemáticas, cosmografía,
derecho, medicina o metrología.
Y tratar en ellos asuntos, por poner un ejemplo,
astronómicos como la esfericidad de la Tierra y su lugar en el centro
del universo; pero también terráqueos como una más exacta ubicación de
los mares conocidos o las controvertidas antípodas, ‘antichthonos’.
Sin olvidarnos de los círculos de la esfera armilar y los vientos, llega a establecer una rosa de dieciséis rumbos; o el tamaño de nuestro planeta, en el que comete un error por defecto que, unido a otros errores, devino en una gran fortuna, el descubrimiento del Nuevo Mundo en 1492.
Estos por citar solo unos pocos. Es mucho lo que queda
por traer aún del Nebrija científico, así que lo vamos a dejar por hoy,
posponiendo el resto para otro reconocimiento, éste en forma de lápida, que la
ciudad le dedicó y muy poco conocido por cierto.
Ah, también le tengo que hablar de esa famosa y
controvertida cita, ¿atribuida?, “Siempre la lengua fue compañera del
imperio”. Qué cosas.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue publicado el 28 de febrero de 2022, en
la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.
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