[Esta entrada apareció publicada el 29 de octubre de 2021, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
No es la primera vez que traigo a estos predios vivos y roteños, el anual y por duplicado cambio de hora, si bien es cierto que la última de las cuitas fue hace ya un par de años. Una temporal desaparición en la columna que no fue más que otro de los efectos colaterales sobrevenidos por la pandemia que aún vivimos, junto a su inevitable trastoque de prioridades. Pero hete aquí que, como el Guadiana, con la llegada del otoño-veroño, nuestro patrio cambio horario vuelve a aparecer en este negro sobre blanco, o sea, más de lo mismo.
En la madrugada del sábado 30 al domingo 31 de
octubre, las 3:00 horas pasarán a ser las 2:00 horas (hora peninsular),
naturalmente en Canarias el cambio se producirá a las dos
de la madrugada que pasarán a ser la una, ya saben, allí siempre una
hora menos para todo. En cualquiera de los casos amanecerá y anochecerá antes,
ganando o no una hora de sueño, aunque eso sí, el Sol saldrá antes.
De modo que tendremos que atrasar una hora nuestros relojes -a excepción de los dispositivos electrónicos como móviles, tabletas, ordenadores que lo harán automáticamente-, para así entrar en el horario de invierno que durará, en principio, hasta el último fin de semana de marzo.
Es sabido que con la llegada del otoño astronómico
la luz comienza a irse antes, a partir de este domingo comenzará a anochecer sobre las 19:00, de forma que con el
ajuste de relojes lo que hacemos es adaptar la actividad laboral a las horas de
luz natural.
Unos cambios que realizan todos los países de la Unión
Europea desde la década de los años 70, motivados en principio por la
crisis del petróleo y con la finalidad de obtener un suspecto ahorro
energético, y por ende económico, acompañado de un supuesto beneficio
salutífero, físico y mental, al poder disfrutar durante más horas de la luz
solar.
Por cierto, en España el cambio se introdujo en 1974 aunque el invernal se llevaba a cabo el último domingo de septiembre, no siendo hasta 1996 cuando se empezó a realizar en octubre, de modo que estamos de vigésimo quinto (25.º) aniversario. Bien, pero, ¿será el último cambio de hora?
Bueno, en 2019 la Comisión Europea acordó poner fin al cambio de hora en la UE, sin embargo, el Parlamento Europeo lo tuvo que retrasar hasta 2021, y ya ve la deriva que el asunto lleva en las fechas que estamos.
Tengo para mí que en 2022 seguiremos
adelantando y retrasando los relojes, al no existir un consenso sobre cuál es
el mejor horario para nuestro viejo continente, si el de invierno o el de
verano. ‘Nihil novum sub sole’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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1 comentario :
totalmente de acuerdo, nihil novum sub sole
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