Microsoft, la tapa de alcantarilla y Feynman (2)

(Continuación) - De acuerdo. Si me disculpa un momento, doctor Feynman, me gustaría consultar con el departamento de recursos humanos. El entrevistador salió de la habitación durante diez minutos y cuando regresó, dijo:

 - Me alegra decirle que lo vamos a recomendar para que sea contratado de inmediato en el departamento de marketing.

¿Qué me dice?, todo un Premio Nobel de Física en 1965, por sus contribuciones al desarrollo de la electrodinámica cuántica, propuesto para un puesto de trabajo en el departamento, agárrese, de marketing de una empresa. En fin.

Respuesta y Tautología

Qué duda cabe que la historia -es algo más larga e incluye otras repuestas ingeniosas del físico a las preguntas algo simples de los entrevistadores- tiene su aquel curioso, sin olvidarnos de la perogrullada. Me refiero a ese detalle tautológico por el que solemos repetir la misma idea, expresándola de distintas maneras, con lo que nos queda una afirmación obvia, vacía o redundante.

‘¿Que por qué son redondas las tapas de alcantarilla redondas?’ pues como dicen que dijo el matador de toros Rafael Gómez Ortega “El Gallo” (1882-1960), “Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible” y que al estilo feynmaniano queda: “¡Pues bien, son redondas por definición! Es una tautología”.

O como en El burgués gentilhombre, el gran Jean-Baptiste Poquelin, Moliere (1622-1673), hace decir a los pseudomaestros: “El calor es producido por una sustancia llamada calóricum”. Ya, y el otoño astronómico acaba cuando llega el invierno, no te digo.

Sin duda, con la respuesta, el científico hace un chiste para burlarse de lo que le plantean como un supuesto rompecabezas, lo que está bien. Lo malo es que mucho me temo que se trate de un  bulo, un invento apócrifo, falso de toda falsedad.

Para empezar, hay evidencias de que se lo inventó Steve Ballmer (1956) por aquel entonces director ejecutivo de la empresa. Una autoría que, de alguna forma, explicaría la errática y ambivalente forma de entrevistar del supuesto departamento de RR. HH.

Anécdota apócrifa

Por otro lado, hay algunos detalles que me chirrían a la hora de admitir, no ya las respuestas del físico, del que dado su ingenio me puedo llegar a creer (casi) todo, sino a que por su carácter y nivel profesional acudiera a pedir un trabajo a la multinacional. (Continuará)

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