(Continuación) En realidad, el comentario ‘Qué pesa más, ¿la nieve o el hielo?’, venía motivado por el tuit de la Guardia Civil de más arriba cuyo texto reza: “Cuando deje de nevar es recomendable quitar la nieve acumulada en los balcones antes de que se convierta en hielo esta noche con la bajada de la temperatura. El diseño de la arquitectura del balcón podría tener problemas para soportar tanto peso”.
Y aunque no alude en
absoluto al peso de una u otro, ese “quitar la nieve … antes de que se
convierta en hielo…”, lo cierto es que leído a vuelatecla, puede inducir al
error de creer que el peligro viene motivado, precisamente, por la conversión
de la nieve acumulada en hielo, que como sabemos pesa más.
Una crédula y errada asociación
a la que la apariencia de ambas formas sólidas del agua parece dar cierto viso
de verosimilitud, al estar el hielo más compacto y presentar un aspecto más
“pesado” y una mayor dureza. Sin embargo, basta tirar de
lógica y recordar la ciencia académica de nuestros tiempos bachilleres,
para caer en la cuenta de que nada más lejos de la realidad (¿Es lo mismo el
hielo que la nieve?).
“Voy a quitar la nieve,
porque cuando se hiele no sé si va a aguantar el balcón”
Fue una de las frases más escuchadas en esos días que compartimos con Filomena, avalada por la no acertada en este caso ciencia popular, motivada únicamente por el paso de una forma a otra del agua sólida y no por si continúa nevando, lo que resultaría lógico por razones obvias.
Si no sigue nevando y dejamos en el balcón (o la
ventana, la terraza, el tejado, etcétera) la nieve caída, lo más
probable es que ésta se convierta en hielo, bien por compactación o por descenso
de la temperatura ambiente, con lo que disminuirá su volumen y aumentará su
densidad, pero la cantidad de materia o masa no variará. Es decir, seguirá
pesando igual con lo que la sobrecarga que soporte el balcón será la misma.
Eso sí, hasta que lo
retiremos, durante todo ese tiempo: a) habrá estado ejerciendo presión sobre la
estructura, lo que no es bueno; b) estaremos corriendo el riesgo de
desprendimientos a la calle con el ocasional peligro de lesionar a los transeúntes,
lo que no es cívico; c) y por supuesto, por razones que a nadie le resultan
ajenas, nos costará más trabajo retirarlo como hielo que la nieve, lo que no resulta
práctico.
‘Al César lo que es del César…’
Por estos razonables y razonados motivos debemos retirar la nieve de nuestros balcones antes de que se congele, pero no porque al convertirse en hielo entonces pese más. En este mismo sentido se expresaba la Guardia Civil en un tuit posterior: “Si la nieve acumulada en el balcón se congela es mucho más difícil de retirar. Nosotros no hacemos referencia en el mensaje a que pese más cuando se convierta en hielo”. Correcto. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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