(Continuación) Les decía
que las secreciones bufoneras se componen de muchas sustancias, entre ellas bufotenina
y 5-MeO-DMT, pero brillan por su ausencia la
inexistente bufantoína, por razones obvias ya analizadas, y la DMT que
abordamos inmediatamente.
DMT o Dimetiltriptamina
Desde el punto de vista
químico la nomenclatura sistemática (IUPAC) de este compuesto es N, N-dimetiltriptamina
o 2-(1H-indol-3-yl)-N,N-dimetiletanamina y su fórmula molecular C12H16N2,
aunque no es menos cierto que se le conoce tal como lo lee en la primera parte
del subtítulo, DMT.
Una sustancia perteneciente
a la familia de las triptaminas desde el punto de vista farmacológico, y
uno de los alucinógenos más potente del mundo, pero que no se encuentra en
las secreciones del Bufo alvarius sino en el mundo vegetal. Se
trata de un enteógeno que se suele extraer de la corteza de la raíz de
la Mimosa tenuiflora y que muchas culturas, tanto indígenas como modernas,
han ingerido en extractos o sintetizado.
Luego la dimetiltriptamina
o DMT no tiene nada que ver con la 5-metoxi-N, N-dimetiltriptamina
o 5-MeO-DMT, aunque farmacológicamente pertenezca a la misma familia, pero
sí con la conocida y seudomística ‘molécula de Dios’ que, de forma
equivocada, estas cosas pasan, se asocia precisamente con aquella.
Me refiero al binomio 5-MeO-DMT
/ Molécula de Dios o a la expresión ‘el sapo DMT’. Ya, quizás
dicho así queda un poco confuso, por lo que me explico. Todo empezó cuando en el
2000 apareció publicado un libro.
‘DMT. La molécula del espíritu’
Ése es el breve y
sugestivo título del ejemplar, que viene seguido de un largo y sugerente
subtítulo, ‘Las revolucionarias investigaciones de un médico sobre la
biología de las experiencias místicas y cercanas a la muerte’. Ya ven por
dónde apuntan los tiros libreros, con sólo mirar los titulares.
Fue publicado en el 2000
por el psiquiatra estadounidense Rick Strassman,
profesor asociado durante 11 años en la Universidad de Nuevo México, y en realidad
es un resumen de la investigación académica que, entre 1990 y 1995, realizó
sobre los efectos de la DMT.
En él incluye los datos clínicos
experimentales obtenidos, sobre los que habría algo que decir si bien no es
momento ni lugar, así como sus propias reflexiones y conclusiones al respecto
de las sólo daré una pincelada. En opinión del doctor la glándula pineal está
relacionada con conceptos de la mística oriental como el chakra de la
cabeza (sahasrara chakra) o el “tercer ojo” (Ajna chakra). En fin.
Errores: Ni ‘sapo DMT’ ni ‘molécula de Dios’
Y tras lo expuesto queda
claro el doble error que contienen el binomio de marras y la expresión sapera.
Para empezar, la susodicha molécula está ligada a los estudios realizados sobre
el DMT de origen vegetal y no a los del 5-MeO-DMT de origen anfibio, luego,
nada de ‘el sapo DMT’. Y para acabar, menos hablar aún de la expresión ‘molécula
de Dios’, en original inglés ‘spirit molecule’ (molécula espiritual).
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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