domingo, 5 de julio de 2020

5-MeO-DMT, bufotenina y bufantoína

(Continuación) Así es como son conocidos dos de los compuestos principales citados y que se extraen de las secreciones del sapo Bufo alvarius, siendo el tercero un error, digamos, de transcripción. Pero vayamos con orden y empecemos por el primero.
5-MeO-DMT
Desde el punto de vista químico, la nomenclatura sistemática (IUPAC) de este compuesto es 5-metoxi-N, N-dimetiltriptamina y su fórmula molecular C13H18N2O, aunque no es menos cierto que se le conoce tal como lo lee en el subtítulo, 5-MeO-DMT, una sustancia perteneciente a la familia de las triptaminas desde el punto de vista farmacológico y, uno de los alucinógenos más potentes del mundo.
Tradicionalmente ha sido extraída como polvo psicodélico de origen vegetal, en concreto de las semillas de la Anadenanthera colubrina y la Anadenanthera peregrina, siendo sintetizada por primera vez en 1936 y aislada en 1959.
Pero ya sabe que también se encuentra en el sapo bufo, Bufo alvarius, al parecer sus secreciones son las únicas que contienen 5-MeO-DMT, de entre todas las especies de sapos.
Aunque, lo iteramos, no existen pruebas de que con este origen animal, hubiera sido utilizado hasta tiempos recientes. Se trata de un enteógeno que, eso sí, se ha empleado por muchas culturas, indígenas y modernas, con una finalidad de sanación, como también ha sucedido con su pariente, la bufotenina.
Bufotenina o N-dimetil-5-hidroxitriptamina
Desde el punto de vista químico la nomenclatura sistemática (IUPAC) de este otro compuesto alcaloide es 3- [2- (dimetilamino) etil] -1H-indol-5-ol y su fórmula molecular C12H16N2O, aunque no es menos cierto que se le conoce tal como lo lee en el subtítulo, Bufotenina, perteneciente desde el punto de vista farmacológico a la familia de las triptaminas y uno de los alucinógenos más potentes del mundo.
Este potente alucinógeno, que se extrae de sapos de los géneros Incilius y Rhinella, y se encuentra en al menos dos especies vegetales del género Anadenanthera, es químicamente similar a la serotonina, molécula química que lleva mensajes de las células nerviosas al cerebro.
De hecho se ha encontrado bufotenina en la sangre y la orina de personas sanas, lo que hace pensar que el cuerpo humano puede producirla, probablemente, a partir de la serotonina, por dimetilación de su función amina.
Bufantoína
Para cerrar lo relativo a este segundo enteógeno, aclarar lo que sin duda es un error ortográfico, de concepto o de traducción, no lo tengo claro aunque tampoco hace al caso, y que tiene que ver con el término bufantoína, que suele aparecer en la cobertura mediática del caso que nos trae.
Apelar aquí a la responsabilidad de la profesión periodística y dejar bien claro la confusión en la redacción del nombre de la sustancia, y el hecho de que la bufantoína no existe. No existe, a pesar de que su búsqueda en Google arroje 2280 entradas diferentes (cifra en el momento que escribo estas líneas), y no sea difícil encontrar por ahí escrita la expresión “fumar bufantoína”. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.



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