Prácticamente han
pasado cuatro meses, desde que no aparecía por estos lares una taza científica
que llevarnos a las manos. Bien pues aquí está y la temática no es precisamente
nueva, ya que se trata de una vieja conocida a la que hemos dedicado algunos
enroques y desde distintas categorías.
En esta ocasión se nos
recuerda a todos en alemán, que dos y dos son cinco advirtiéndonos que, ¡más vale
que lo creamos! Precaución, aunque venga en forma de fruslería.
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