miércoles, 8 de enero de 2020

‘La guerra de los químicos’ o la PGM (1)

(Continuación) Y digo gases porque en realidad se utilizaron varios, de diferentes naturalezas y efectos, en distintos frentes y momentos, aunque eso sí, todos tuvieron cumplida respuesta por el otro bando. Bueno es el hombre para el hombre. Ah, a pesar de lo que escribí en la entrada anterior, el uso de armas químicas se puede datar muchos siglos antes de esta guerra de principios del siglo XX, y a modo de aperitivo le doy un adelanto.
Armas químicas en la Antigüedad
Desde la misma antigüedad no faltan evidencias literarias y arqueológicas del uso de armas químicas por el hombre, tanto en civilizaciones de Oriente como de Occidente. Armas tóxicas que van desde el uso de venenos aplicados a las puntas de armas o vertidos en depósitos de agua, hasta el mismo fuego griego, pasando por la producción de humos tóxicos. Humos generados por la quema de la planta herbácea mostaza, o de una mezcla de madera y azufre (S) o de azufre y la mezcla de sustancias orgánicas llamada betún, o de cualesquieras otros vegetales tóxicos.
Pero centrándonos en la contienda que nos trae, le ofrezco un breve prontuario cronológico de cuándo, por quién, qué tipo de gases se emplearon y con qué efectos. Porque sin duda alguna, en esta guerra, la aportación química al armamento fue uno de sus principales componentes que, junto al importante avance en la fabricación de explosivos de alto poder, ha hecho que se la califique como ‘la guerra de los químicos’.
Gases lacrimógenos e incapacitantes
Fueron los franceses, a las pocas semanas de iniciarse la contienda en agosto de 1914, los primeros en emplear un gas lacrimógeno, en su caso el compuesto bromoacetato de etilo (BrC4H7O2), que fue respondido de forma masiva por parte alemana a primeros de 1915, con otro gas conocido como bromuro de xililo, bromuro de metilbencilo o T-Stoff, de fórmula C8H9Br.
Destacar que en ambos casos se trató “solo” de un arma de efecto irritante, y que no se utilizaron sustancias venenosas incapacitantes o letales, que fue lo que ocurrió en esa misma primavera en la que sería la Segunda Batalla de Ypres, donde los alemanes utilizaron gas cloro (Cl2). Ocurrió el 16 de abril de 1915 y fue la primera vez en ser utilizado durante una guerra moderna, teniendo respuesta por parte británica en el septiembre siguiente. Decir de él que se trata de un gas de efecto sofocante, diseñado como arma incapacitante y no mortal, aunque no por ello dejó de producir numerosas muertes. Sabido es que todo es cuestión de dosis, un poco más, algo menos.
Apunte bachiller
Sobre esta sustancia simple permítame una breve reseña divulgadora. A principios de siglo el cloro ya se obtenía como subproducto en la fabricación de tintes, y en su uso como arma química contra las trincheras enemigas intervino el químico alemán Fritz Haber (1868-1934), que seguro le sonará por diferentes motivos.
Fue​ galardonado con el Premio Nobel de Química en 1918 al desarrollar la síntesis del amoniaco (NH3), un importante compuesto en química. También, junto al matemático y físico alemán Max Born, propuso en 1917 el ciclo de Born-Haber como método para evaluar la energía reticular de un sólido iónico. Sí, por si ha caido en la cuenta se trata del mismo Max Born, abuelo de la cantante y actriz Olivia Newton-John, al ser hija de su hija Irene, una intrahistoria que ya ha sido enrocada. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


1 comentario :

Anónimo dijo...

Qué es el fuego griego, qué tiene que ver con la guerra química?