De forma
asertiva y sobre la marcha me empezó a contar, tiene una memoria magnífica, que
en esa localidad es donde se había jugado el famoso partido de futbol navideño y, además, se había utilizado por primera vez el gas mostaza como arma
química. Es más, me comentó algo que yo desconocía -soy químico de
formación- y es el hecho de que a dicho gas se le conoce también como iperita,
por la relación geográfica ¿Qué le parece la aportación del amigo?
En mi
opinión, desde el punto de vista cultural creo que es bastante significativa, y
desde el particular me resultó de lo más aprovechable pues estamos ante un epónimo
científico, y éste es uno de esos nexos que ni puedo ni quiero dejar
pasar, ya sabe lo que me gustan. Así que, gracias Rafael, va por ti.
Iperita es un epónimo que viene
de Ypres
Siguiendo
el rastro de la conversación recordar que fue en la localidad de Ypres, en
el noroeste de Bélgica, donde no solo empezó la no oficial, breve y limitada tregua
de paz y se jugó el famoso partido de futbol, sino que también fue en sus campos
de batalla, donde los alemanes usaron por primera vez el gas mostaza como
armamento químico. De ahí que también se le conozca como iperita, un más que dudoso
honor para la población, éste del epónimo tóxico.
Y de
esta costumbre más que antañona del hombre, de
llamar a algunos conceptos, objetos, entes intelectuales o unidades científicas
con el nombre de una persona o lugar a modo de homenaje, eponimia, tenemos
numerosos ejemplos: el continente América, por Américo Vespucio;
la guillotina, por el médico francés Joseph Ignace Guillotin; los
hercios (Hz), unidad de la magnitud física frecuencia, por el
físico Heinrich Rudolf Hertz; la enfermedad del Alzheimer, por el
médico alemán Alois Alzheimer o la iperita por la localidad belga
de Ypres. Y ya que estamos, me gustaría comentarles algo acerca de las
armas químicas.
Armas químicas y Primera Guerra Mundial
Para
empezar le pongo en contexto. A diferencia de las armas convencionales o de las
nucleares, cuyos efectos destructivos se deben fundamentalmente a una fuerza
explosiva, las armas químicas utilizan las propiedades tóxicas de ciertas sustancias
para incapacitar, herir o matar.
Se
empezaron a utilizar de forma masiva en la PGM, siendo una importante
innovación militar con unos efectos terribles y devastadores, pues se estima que
alrededor de 100 000 personas murieron y más de un millón se vieron afectadas
de por vida por la acción de estos gases.
De tal gravedad fueron estas
consecuencias, fue tal la repulsión y el rechazo que provocaron en el público
en general, que la comunidad internacional determinó prohibirlas y
erradicarlas, eso sí, con suerte desigual. Ni que
decir tiene que el uso de estas armas no fue exclusivo de ningún bando
beligerante, pues tanto alemanes, como británicos y franceses, desarrollaron y utilizaron
sus propios gases contra las trincheras enemigas. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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