Procedente de un propietario que lo adquirió directamente de la familia Einstein, el lote subastado el 13 de julio de 2016 contenía también un reloj de bolsillo del joven científico y unos bloques de construcción de juguete de su niñez.
Dos objetos procedentes de etapas de su vida, niñez y juventud, bien diferentes a la de la chaqueta de cuero.
Los 'lego' de finales del siglo XIX
Los bloques de construcción, no los he visto, me los imagino como una especie de predecesores en madera de los actuales y plásticos Lego. Ya saben la marca de juguetes, de la que les hablaba hace poco más de una semana.Lo hice a propósito de los muñecos que han viajado en la sonda interplanetaria Juno, en el gigantón Júpiter desde hace unas semanas. Sus únicos “tripulantes”.
Volviendo a los bloques, está documentado que el pequeño Albert era un niño solitario, silencioso y afanado, y por motivos que ahora no hacen al caso, apenas prestaba atención a los demás niños.
Y que entre sus juegos preferidos estaba montar construcciones con taquitos de madera y hacer manualidades. Unas tareas a las que dicen se entregaba con paciencia, lógica, método y cuidado.
Unas cualidades que no le abandonaron a lo largo de su vida y que le ayudaron sin duda a pergeñar sus modernas Teorías de la Relatividad, la Especial (TRE) de 1905 y la General (TRG) de 1915.
¡Ah!, que no se me olvide. El juguete alcanzó un valor en la subasta inferior al de la chaqueta, tan solo sesenta y dos mil quinientas libras (62 500 £), al cambio setenta y cuatro mil euros (74 000 €).
Que tampoco se puede decir que sea poco.
El reloj de bolsillo
El tercer objeto subastado es un reloj de bolsillo y es de otra época diferente a los de la cazadora y el juguete.Se estima que puede ser de alrededor de 1900, los años previos a la publicación de la TRE y cuando era aún un completo desconocido en el mundillo científico.
Se trata de un sencillo reloj de bolsillo suizo, como corresponde a un recién graduado de veintiún (21) años, corto de recursos económicos, que acababa de publicar su primer estudio.
Una teoría sobre fuerzas intermoleculares que después calificó de “inútil”.
Es más que probable que lo llevara mientras trabajó como analista en la Oficina de Patente en Berna, Suiza. Un puesto que le había buscado su buen amigo el matemático húngaro Marcel Grossman (1878-1936).
Contra todo pronóstico el reloj ha resultado ser la pieza más cara de la colección de Einstein, ya que fue adquirida por doscientos sesenta y seis mil quinientas libras (266 500 £) al cambio trescientos quince mil euros (315 000 €), es decir unas diez (10) veces más de su valor estimado.
Naturalmente éste no es el único reloj que poseyó y que fue subastado, pues hay fotos donde sale con relojes diferentes.
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