viernes, 5 de agosto de 2016

Eugenia, Guerlain y la tiradora Teba

A cuya legendaria elegancia debemos la existencia de otros productos y prendas femeninas. Es muy alargada la sombra de la española Eugenia de Montijo.

Por ejemplo ella ideó la crinolina, armador o miriñaque, una estructura ligera con aros de metal que mantenía huecas las faldas de las damas acomodadas del siglo XIX. Y los collares de chatones, es decir con una piedra preciosa gruesa engastada en la joya.

También evolucionó y perfeccionó el maquillaje femenino. Desarrolló un color malva que tenía el tono exacto de sus ojos. Y mandó hacer un perfume para ella, el mítico Eau de Cologne Impériale.

Un perfume cítrico reforzado con tomillo, vital y fresco que el ya afamado por entonces perfumista francés Pierre François Pascal Guerlain, creó en exclusiva para la emperatriz Eugenia en 1853.

Un perfume que vertía en unos frascos fabulosos de vidrio grabado con el motivo de la familia imperial: unas abejas blancas y doradas.

El perfume de las abejas, un clásico que en la actualidad se sigue produciendo y es emblema de la firma de lujo francesa y símbolo de la elegancia internacional. Un reflejo de lo que en vida representó la emperatriz.

A ella le debemos también el estilo decorativo Napoleón III y el lanzamiento a la fama del modisto inglés Charles Worth, considerado como el padre de la alta costura.

Como ven, por todo lo escrito, Eugenia fue un ser extraordinario y una mujer tremendamente coqueta y presumida. Unos méritos a loa que hay que añadir el buen nexo químico a través del tinte verde aldehído.

Aldehído
Una sustancia química, el aldehído, de la que por cierto no les he dicho ni mus. Se ve que no anda lejos de la verdad el dicho “en casa del herrero cuchillo de palo”.

Así que ya de la que va, y por aquello de desmentirlo, les doy unas pinceladas bachilleras.

Los aldehídos son compuestos orgánicos ternarios caracterizados por poseer el grupo funcional formilo. Una entidad química constituida por un átomo de carbono unido a uno de oxígeno por un enlace doble y a uno de hidrógeno por uno sencillo (-CH=O).

Se obtienen como primer producto de la oxidación de ciertos alcoholes, de ahí que se nombren como los alcoholes correspondientes, cambiando la terminación -ol por -al.

Desde el punto de vista etimológico la palabra aldehído proviene del latín científico alcohol dehydrogenatum, alcohol deshidrogenado.

Tiradora Teba
Y vamos acabando.

Aunque pertenece al mundo de la moda, esta prenda no sólo no es un artículo que proceda directamente de la emperatriz sino que, en principio, es masculina y, para más inri, hasta el momento no le he encontrado un vínculo científico.

Así que mejor será que vayamos por parte y espere a encontrar uno que justifique su enroque ¿Continuará?




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