(Continuación) Resulta que seguimos el Horario Central Europeo (CET), que corresponde a países como Bélgica o Alemania, en lugar de seguir el Horario del Meridiano de Greenwich (GMT) que es el correspondiente a Portugal, Reino Unido y Canarias, excepto la península, Ceuta, Melilla y Baleares.
Una antañona idea de la dictadura en la que estamos aún y gracias
a la cual, desde entonces, vivimos una hora por delante del sol en invierno y
hasta dos en los meses de verano. Cosas que pasan.
¿En qué situación estamos?
Como ya le conté, el Parlamento Europeo por una vez tomó
una rápida y sabia decisión: que cada país miembro hiciese lo que estimase
oportuno, vamos que se marcó un Pilatos. Y del que algunos países recogieron
rápidamente el guante como Ucrania, donde el cambio de horario pasó a la
historia en octubre de 2023.
Otra postura al respecto es la española pues el Ejecutivo mantendrá la ley de la alternancia horaria hasta 2026, así que, como mínimo, seguiremos hasta entonces atrasando en octubre y adelantando en marzo el reloj una hora.
Después ya veremos la decisión que tomamos, primero si se mantiene o no esta práctica, después, si la eliminamos definitivamente, porqué horario nos decantamos, si el de invierno o el de verano.
Quizás decidamos -tras un análisis a fondo de
la cuestión, por parte de una sesuda comisión de expertos- volver al horario
GMT, que parece ser es el que ofrece las mejores condiciones para los
españoles en cuanto a la vida laboral y personal.
¿Compensa?: Expertos y
médicos
Pues empieza a no estar nada claro. Aunque cada país manifiesta que gracias a este anticipo se ahorra gran cantidad de energía al reducirse el consumo eléctrico, cada vez más investigaciones acreditan científicamente que el ahorro no es tan grande; se habla de un ahorro de solo un 5 % en iluminación, una insignificancia cuantitativamente hablando.
Por ejemplo, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de
la Energía (IDAE) ya dio la voz de alarma argumentando que esta
práctica no solo tiene muy poco efecto económico, sino que, en algunos casos,
puede resultar todo lo contrario.
Y desde el punto de vista médico tampoco están claros los efectos que
esta desincronización produce en nuestros ciclos biológicos y salud -sobre todo
en los meses de junio, julio, agosto y septiembre-, tanto para la vida personal
como profesional de cualquier ciudadano de a pie.
Ante la duda manifiestan, “No es aconsejable producir ningún cambio precipitado en los husos horarios mientras no exista un consenso compartido y una difusión práctica a nuestra ciudadanía de los riesgos y oportunidades que comporta”. O sea.
¿Compensa?: Españoles y
políticos
Ante este dilema horario a la calle le sucede como con la tortilla, con cebolla unos
sin cebolla otros, que está dividida como ya mostró la encuesta del CIS en 2019 cuando un
62% de la muestra preferiría eliminar los cambios de hora y, dentro de este
grupo, el 65% optaría por el horario de verano durante los 365
días. Otros datos son los de la Unión Europea.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
1 comentario :
¿Qué horario nos interesa más, el de verano o el de invierno en el que acabamos de entrar?
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