[Esta entrada apareció publicada el 14 de junio de 2024, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Por lo que sabemos no fue un buen estudiante, pero parece ser que le gustaban mucho la geografía y, sobre todo, las matemáticas donde Napoleón Bonaparte (1769-1821) destacó por sus altas capacidades en geometría.
Un don y unos conocimientos
que quizás le ayudaran a adquirir su gran formación en artillería y a conformar
parte de su éxito militar basado en la estrategia; sirvan de ejemplo como cortó
el paso de los ingleses hacia la India o desarrolló la campaña de conquista y
defensa en Egipto.
Unos logros que unidos a una de sus muchas cartas que se conservan donde se puede leer, “El progreso y la perfección de las matemáticas están íntimamente ligadas a la prosperidad del estado”, han hecho pensar a algunos estudiosos que quizás fuera el autor de un teorema conocido como Teorema de Napoleón y que quizás le suene.
Se trata de una
solución geométrica básica relacionada con triángulos equiláteros, aquellos que
tienen todos los lados iguales, y que podemos enunciar: ‘Si en el exterior de los lados
de un triángulo cualquiera ABC, se construyen los triángulos equiláteros ABZ,
BCX y ACY entonces los centros de estos triángulos son también vértices de un
triángulo equilátero’.
¿Es posible que fuera el mismísimo emperador su creador? En puridad no hay (casi) nada imposible en esta vida, pero sí lo bastante improbable como es el caso dado del que no hay ninguna prueba científica ni referencia histórica de que él fuera el autor.
Lo único que tenemos
es su aparición en el calendario The Ladies' Diary de 1825, es decir
cuatro años después su muerte y atribuido a un tal Napoleón, sin más. Aparece planteado
por el matemático inglés William Rutherford (1798-1871) conocido por ser
el primero en calcular los primeros 208 dígitos del número pi (π), allá por 1841.
Una historia algo
controvertida pues posteriormente se determinó que sólo los primeros 152
dígitos calculados eran correctos, lo que no impidió que batiera el récord de
la época ostentado por el matemático y físico esloveno Jurij Vega desde
1789, que también fue artillero, con 126 dígitos correctos.
Volviendo a nuestro Rutherford dos detalles. Uno, todo apunta a que solo se trataba de una especie de juego matemático o desafío para sus colegas, y él ya tenía la respuesta, pero dado que fue coetáneo del ajacio y que no existe ninguna verificación al respecto, la cosa ha quedado ahí; algo parecido a la Torre de Hanoi del matemático francés Édouard Lucas, de hace unas semanas.
Dos, no debemos
confundir a William con el físico neozelandés Ernest Rutherford, Lord Rutherford (1871-1937), ganador del Premio Nobel de Química en
1908 y que seguro le sonará de los tiempos escolares por su modelo atómico
con núcleo y corteza electrónica.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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