(Continuación) Destacar que tanto el pisano como el alemán tienen reconocimientos callejeros en nuestra ciudad, el primero ya traído a este De Ciencia por Sevilla y el segundo aún por aparecer en esta tribuna.
De esta forma culminaba la revolución científica iniciada
en el Renacimiento por el polímata renacentista polaco-prusiano Nicolás Copérnico
(1473-1543), también con reconocimiento callejero en DCPS,
y continuada en el siglo XVII por Galileo.
Newton fue el primer hombre en demostrar que las leyes naturales que gobiernan el movimiento en la Tierra y las que gobiernan el movimiento de los cuerpos celestes son las mismas, al unificar mecánica terrestre y celeste.
Lo hizo al desarrollar una formulación matemática entre fuerza y movimiento que permitía explicar y predecir tanto la trayectoria de una piedra como la de la órbita del planeta Marte. (‘Si logré ver más lejos que otros hombres, es porque estuve subido en hombros de gigantes’).
Prontuario
científico: Principia, 1687
Todo esto lo plasmó en su obra máxima Philosophiæ
naturalis principia mathematica, “Principios Matemáticos de Filosofía
Natural”, más conocido como los Principia (1687) donde describe la ley de
la gravitación universal, “dos cuerpos se atraen con una fuerza proporcional a
sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las
separa”, y establece las bases de la mecánica clásica mediante las leyes que
llevan su nombre.
Es su gran tratado, desarrollado a lo largo de veinte años, en relación a la mecánica terrestre y celeste, y ni que decir tiene que con esta magistral sistematización de las leyes del movimiento liquidó el aristotelismo.
Que ya de la que va, su autor cuenta
con un reconocimiento sevillano en forma de rótulo en la fachada de un blanco
colegio situado en la orilla de poniente del rio Guadalquivir, que también ha
aparecido por estos predios.
Un aristotelismo le decía, que estuvo imperante durante
casi dos mil años y fue descartado por un nuevo paradigma, la física
clásica, que se mantendría vigente hasta principios del siglo XX, cuando
otro genio de su misma magnitud, el relativista germano-estadounidense Albert
Einstein (1879-1955), con sevillano reconocimiento callejero aún no
publicado, formuló la teoría de la relatividad que la completó.
Como recordará de los tiempos bachilleres hoy día, física clásica y física newtoniana son expresiones sinónimas; por último, un cuarto de siglo después, en concreto en 1713, aparecía la segunda edición de los “Principios…”. ‘Antes de Kepler todos los hombres estaban ciegos. Kepler tenía un ojo. Newton tenía dos’, Voltaire. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla
y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue
publicado el 15 de enero de 2024, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA,
del diario digital Sevilla Actualidad.
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