(Continuación) También podrá observar, aunque no disponga de un telescopio, de otros fenómenos de interés astronómico como son las lluvias de meteoros. Las dos más importantes de la primavera son las Líridas, cuyo máximo se espera hacia el 22 de abril, y las Eta acuáridas, cuyo máximo sucederá hacia el 5 de mayo.
Y claro está, podremos
ver esas agrupaciones ficticias de estrellas que conocemos como constelaciones,
una actividad para la que la primavera es un magnífico momento ya que no sólo
las noches son aún largas sino porque hace menos frío que en invierno.
Constelaciones primaverales
Aunque desde el principio
de la estación aún se podrán ver al anochecer algunas típicas del invierno,
como Orión, Can Mayor o Géminis, a medida que avancen las semanas, estas
constelaciones se irán acercando al Sol y darán paso a constelaciones más
características de la primavera.
Como Leo, fácil de localizar hacia el sur tras la puesta de Sol por su forma de signo de interrogación invertido y terminada en la estrella Régulo. Mirando hacia el norte de Leo, podemos reconocer fácilmente a la Osa Mayor. Y hacia el este de Leo, destacan las constelaciones de Virgo y del Boyero, cada una con una estrella brillante: Spica en Virgo y Arturo en Boyero.
Como seguro saben, el
triángulo formado por estas dos estrellas junto a Régulo en Leo es conocido
como el ‘triángulo de la primavera’, cuya localización en el cielo nos
proporciona un buen punto de partida para empezar a explorar el resto de las
constelaciones visibles durante esta estación. También, alrededor de la
Estrella Polar, se podrán ver a lo largo de la noche a la Osa Menor, Dragón y
Cefeo.
Acerca de la observación nocturna
Es una obviedad, pero aun
así lo pongo negro sobre blanco. Para una mejor observación en el cielo de
algún fenómeno astronómico de interés, bien sea de los predichos (eclipses) o
no (nuevos cometas), y para cualquier época del año, deberemos escoger, preferiblemente,
fechas cercanas a la luna nueva, que esta primavera les recuerdo serán 09 de
abril, 08 de mayo y 07 de junio.
Estas fechas digo, salvo que lo que pretendamos observar sea, por razones obvias, la propia Luna. Con grandes prismáticos o con un pequeño telescopio, dotados eso sí de un filtro lunar adecuado, podremos observar y con gran detalle su relieve en plenilunio.
Una magnífica forma de
hacerlo puede ser observándola cada noche, mientras va aumentando su
iluminación; así podrá apreciar cómo van apareciendo, en cada sesión, nuevos
accidentes orográficos. Una práctica de lo más aconsejable.
Y con prismáticos también
se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter e incluso realizar un
recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea.
Aún sin prismáticos y en
las noches oscuras de luna nueva, se puede intentar ver nebulosas de emisión
como el complejo de nebulosas de Orión (Messier 42 y 43), el grupo de estrellas
Pléyades y el resto de supernova conocido como la nebulosa del Cangrejo
(Messier 1). (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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